Dinamarca, la tierra de los Vikingos

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Dinamarca, nombre recibido del propio Carlomagno, así que su origen ya es símbolo de grandeza. Aunque pertenece al conjunto de los países escandinavos, con Suecia, Finlandia y Noruega, por las características se asemeja más a sus vecinos sureños, Holanda al otro lado del mar y Alemania con una amplia frontera terrestre compartida.

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Un país fantástico

Dinamarca está situada en su mayor parte sobre la península de Jutlandia, prolongación del continente europeo, pero cuenta además con una importante región insular, alrededor de cuatrocientas islas diseminadas por el Mar Báltico, el Estrecho de Kattegat y el Mar del Norte. Siendo las más importantes Sealand (donde está la capital del país), Fionia y Lolland. Y cuenta con otras de ultramar, también, puesto que están bajo su soberanía las dieciocho islas del Archipiélago de las Feroe y la gran Groenlandia, ubicadas sobre el Océano Atlántico.

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Su relieve se compone se suaves ondulaciones, las mayores alturas no superan los doscientos metros. En un día de viaje podremos observar tanto colinas bajas, como verdes praderas y bosques compuestos en su mayoría por ejemplares de hayas y robles. En sus bellas costas se alternan grandes playas de arena, profundos fiordos de aguas tranquilas y pequeñas aldeas de pescadores. Las islas cercanas entre sí están unidas por puentes y se conectan con las más  alejadas mediante una importante flota mercante interior.

La maravilla de la geografía

De sus ríos podemos mencionar el Guden de más de 150 kilómetros de recorrido y el Stor de aproximadamente la mitad; en la Isla Sealand se encuentra ubicado el mayor de sus lagos, el Arre y, además, su ciudad capital, Copenhague, que es amplia y espaciosa; los dinamarqueses, acostumbrados a recibir al turismo, son todos muy amables con los visitantes.

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Las típicas construcciones de dos pisos, con techos rojos  características, se aprecian tanto rodeadas de imponente naturaleza como en Femmoller, en las cercanías de la ciudad de Aarhus, así como en la populosa ciudad de Haderslev ubicada sobre el fiordo del mismo nombre, que desemboca frente a la Isla Fionia. El nivel de vida es muy alto y se observa que la gente es feliz con sólo verlos en la calle, nadie trata mal a los demás y todos hacen derroche de cordialidad y buenos modales. En ningún momento nos sentiremos incómodos paseando por este pequeño gran país que al decir de muchos es un verdadero Paraíso en la tierra.

¿Has visitado alguna vez Dinamarca? ¿Querrías hacerlo?