En estos tiempos de agitación política internacional, internet y redes sociales, estos tres factores no están confluyendo de la mejor manera en medio de las repercusiones y preocupaciones surgidas tras el triunfo de Donald Trump en las elecciones estadounidenses.
Después de Facebook, Google: el gigante de internet también en la mira por cuestionamientos políticos

Gran parte de la batalla ideológica, social y política tiene en internet uno de sus escenarios más encarnizados y los grandes medios de este han quedado atrapados en medio de inesperadas controversias y críticas.
Las compañías de internet en la mira
A mediados de este año, Twitter fue acusado de ser demasiado permisivo y no tomar medidas para sancionar a usuarios especializados en el llamado cyberbullying, que se manifiesta cuando personalidades aprovechan su influencia y sus muchos seguidores para dirigir ataques a otras personas, comunidades o celebridades.
La polémica más sonada al respecto fue la de uno de los célebres portavoces del movimiento alt-right o derecha alternativa, Milo Yiannopoulos, que fue eventualmente baneado de Twitter por la presión de los usuarios.
Tras las elecciones, fue Facebook que se vio inmerso en la controversia, con muchas críticas apuntando a su defectivo algoritmo, que favorece la difusión de noticias tendenciosas inventadas por sitios de propaganda disfrazados de periodísticos.
Aunque Mark Zuckerberg inicialmente negó que esto hubiera sido significativo en el resultado de las elecciones, hace algunos días la compañía anunció medidas para revertir este fenómeno.
Ahora le toca el turno a Google.
Google y la negación del holocausto
El problema surgió la semana pasada cuando algunos usuarios descubrieron que, si se realiza la búsqueda en inglés de la pregunta «¿sucedió el holocausto?», el primer resultado que brinda Google a esa pregunta es el de un artículo titulado “Top 10 razones por las que el holocausto no sucedió”.

El artículo, publicado en diciembre de 2008, pertenece a un sitio llamado Stormfront que, surgido como foro comunitario en 1996, cuenta con el dudoso honor de ser uno de los primeros y más conocidos sitios web surgidos en torno a un hate speech, o un discurso de odio.
Stormfront en un sitio de cuño neonazi, que defiende la supremacía blanca y el nacionalismo blanco, creado por uno de los líderes del Ku Klux Klan, Don Black.
En adición a esto, promueve el antisemitismo, la islamofobia y, como lo demuestra el artículo de los resultados de Google, la negación del Holocausto.
Y como el odio no conoce de lenguajes, el sitio principal en inglés alberga también subforos en casi dos decenas de idiomas, incluyendo español, francés e italiano.
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Curiosamente, si se hace la prueba de googlear la misma pregunta en español, también el primer resultado es de una nota negacionista del Holocausto alojada en una biblioteca virtual que propone “nuevas maneras” de interpretar la historia, la ciencia y la sociopolítica.

La reacción inicial de Google, cuando comenzaron a acumularse las quejas y las denuncias en los principales medios de comunicación, fue la de desmarcarse de ese tipo de publicaciones, pero sin tomar ninguna acción.
Un portavoz de Google dijo la semana pasada que “es lamentable ver que siguen existiendo esas organizaciones de odio”, pero que “el hecho de que este tipo de sitios aparezcan en el buscador no quiere decir que Google respalde esas opiniones”.
También aclaró que la política de la empresa es no eliminar ningún contenido de los resultados de búsqueda, salvo que sea ilegal o que contenga un malware.
Sin embargo, ahora Google —al igual que Facebook antes— ha cambiado su posición inicial y ha decidido tomar medidas para revertir el problema.
Según reporta BBC, al menos en Estados Unidos, el falaz artículo de Stormfront ya no aparece en los resultados y ahora el primer sitio web que aparece es el del Museo del Holocausto de ese país.
Pero en casi todo el resto del mundo, sí sigue apareciendo.
Mediante un vocero, Google dijo ahora que el problema que enfrentan "es realmente desafiante y no siempre tenemos las soluciones” y que están “analizando detenidamente cómo hacer un mejor trabajo”.
Es, sin dudas, un asunto bastante complejo.
La formulación de los términos de búsqueda afectan los resultados. Si uno busca simplemente “holocausto” los resultados dirigen a sitios más confiables y serios.
Una búsqueda específica también puede verse afectada por búsquedas previas del usuario, y siempre dependen del lugar en que se encuentre. En Alemania, por ejemplo, un sitio web negacionista del Holocausto es ilegal y no aparece en los resultados de búsqueda.
Modificar el algoritmo que ordena los resultados de búsqueda de Google puede brindar una solución satisfactoria al problema de googlear «¿sucedió el holocausto?», pero puede arrojar nuevos conflictos con otras búsquedas.
Google está trabajando en que todas las posibles búsquedas, en este y otros temas delicados, favorezcan los resultados de sitios confiables, documentados y serios.
O, en todo caso, sitios cuya existencia no esté originada en el odio.
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