Aunque pareciera que jamás iba a llegar ese día, finalmente casi sin darnos cuenta, el día de abandonar el campus llegó.
Despedirse del campus

Si bien algunas continuaríamos viajando por el país, muchos recuerdos y personas quedaban atrás...

La rutina
La vida en el campus puede ser muy rutinaria pero si la compartes con buenos amigos, pueden ser los mejores años de tu juventud. Desayunar, almorzar y cenar juntos, vivir un cuarto de por medio en el mismo edificio, tomarse infinitos recreos de café, y muchas otras actividades cotidianas que compartes únicamente con tus amigos, ya que te encuentras lejos de tu familia.
Por lo tanto, asumir que todos esos momentos quedan atrás se hace muy muy difícil, especialmente cuando te encuentras allí solo 4 meses pero sabes que lo viviste con la intensidad máxima.

Amigos a la distancia
Si bien a los americanos puede costarles dejar el campus, cuando eres un estudiante internacional, es muchísimo más duro. En primer lugar porque sabes que no volverás a tener una experiencia tan buena y emocionante como esta.
Y también porque, aunque cueste aceptarlo, no sabes con certeza cuándo volverás a ver a tus nuevos amigos, ya que viven muy lejos de cada uno. Sin embargo, no tengo dudas que ese vínculo formado en tan poco tiempo pero tan fuerte, se mantendrá a pesar de las distancias.

Despedida
Si bien sabía que este día iba a costarnos un montón a todos, jamás imaginé que fuera tan fuerte, y luego de haber pasado por esta experiencia puedo afirmar que las despedidas cuestan mucho.
No solo despedirme de la cómoda y divertida vida en el campus, sino que principalmente despedirme de la buena compañía y amistad que sin ellas no hubiera sido lo mismo. Más allá de que puede doler el momento de despedirse, esto demuestra que la experiencia no podría haber sido mejor y sin lugar a dudas guardo en mi memoria unos de los mejores meses de mi vida.
No suelo apegarme a muchas cosas, pero esta experiencia superó ampliamente mis expectativas en todo sentido y se quedará conmigo para siempre. Por lo tanto, si has considerado alguna vez embarcar en un intercambio estudiantil, no lo pienses más y hazlo, ¡te garantizo que no te arrepentirás!
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