Descubriendo el Valle de las Mariposas, en Turquía

En algún lugar del suroeste de Turquía, encerrado entre altos acantilados, encontramos el Valle de las Mariposas, una de las gemas secreta de la Ruta Lycia que recorre el sur del país. Idealizada por los muchos viajeros que se dejan caer por una zona cada vez más abierta al turismo, en este artículo vamos a descender por esas abruptas gargantas hasta alcanzar uno de los mejores destinos del Mediterráneo y regalarnos dos días descubriendo el Valle de las Mariposas, en Turquía

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Descanso en la Ruta Lycia

Esta ruta, de unos 500 km, surca la costa sur de Turquía ofreciendo numerosos highlights para los amantes del hiking (o senderismo), ya sean sus bastos bosques, restos arqueológicos o bellas playas. Sin embargo, al llegar al sur de Ölüdeniz, un alto en el camino es obligatorio, pues nos encontramos en uno de los más bellos lugares de nuestra ruta: el Valle de las Mariposas.

Antes de adentrarnos al valle, lo mejor será inspeccionar los pueblecitos que salpican la costa, como Faralya, el más cercano a nuestro destino y cuna de pintorescos guest houses como Art House (con inmejorables vistas de la costa y cierta onda mochilera) o Montenegro Motel (pequeños bungalows ajardinados con piscina común). Simpáticos alojamiento de una pequeña aldea, unida a otras muchas que pertenecen a la localidad más grande de la zona, situada a 15 km al norte: Ölüden, epicentro del turismo costero (más masificado) y lugar de encuentro entre el Mediterráneo y el Egeo griego. Ideal para unas vacaciones relajadas o como punto de partida para el Valle de las Mariposas.

Los accesos al Valle de las Mariposas albergan varias posibilidad: un barco taxi desde Ölüdeniz con horarios a la 11 am y 2 pm para ir o 1 pm y 5 pm para regresar. El billete cuesta unos 7 euros y tarda media hora en bordear los cabos que encierran el valle. Otra opción, si nos hospedamos en Faralya u sus cercanías, es la típica ruta de senderismo (alrededor de 45 minutos) o en coche. Cualquier camino es bueno para llegar a ese paraíso que es. . . 

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El Valle de las Mariposas

Un lugar que debe su nombre a las muchas mariposas que anidan en esta porción de paraíso, como las mariposas tigres, especialmente visibles en temporada primaveral. Un valle que se abre entre los angostos acantilados hasta desembocar en esta playa de  aguas turquesas, sostenida sobre el lema "viviendo en armonía con la naturaleza".

El Valle de las Mariposas, a pesar de haberse convertido en un foco importante para el negocio turístico, aún se esfuerza por conservar su condición de paraíso protegido. Es por ello que no encontraremos demasiados establecimientos salvo el Valley Kitchen, un snack bar situado en la playa, ideal para tomar un rico plato vegetariano cocinado con productos cultivados en el mismo valle.

Respecto a alojamiento, tan sólo contaremos con el pequeño "hostal" (una cabaña de madera con aseos y algunas camas) o la posibilidad de alquilar una tienda de campaña por unos 17 euros, quizás la opción más recomendable para disfrutar del entorno, si bien cabe destacar que la falta de electricidad es un hecho común en ciertas ocasiones.

Imagen Thinkstock

El Valle de las Mariposas está impregnado de cierto aire hippie, producto de un movimiento sostenible iniciado a principios de los 90 y que no pretende otra cosa que proteger este rincón de las fauces del turismo masivo, tal y como pregonan en su sitio web. Aderezado de rústicos "lounge" y numerosas actividades, el buceo o snorkel es un obligado a lo largo del día, si bien los más aventureros siempre pueden recorrer los 900 metros hasta las profundidades del cañón para zambullirse en la cascada que brota desde las entrañas o bien realizar una jornada del llamado"cascading". Tras un bello atardecer entre las palmeras, las barbacoas y hogueras se apropian de la playa, salpicando el edén perdido. 

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El Valle de las Mariposas es uno de los secretos mejor guardados de la costa sur de Turquía. Lugar ideal para desconectar tras una larga ruta de hiking por la Ruta Lycia, este rincón de onda hippie y aguas turquesas nos ofrece un sinfín de actividades que van desde el butterfly watching hasta numerosos pasatiempos acuáticos, siempre con algo de aventura, de experiencia impredecible, como siempre sucede con los grandes descubrimientos.

¿Visitarás el valle este verano? ¿O tienes otros planes?

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