Descubre las famosas fuentes de Berna

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Quizás muchos ya hayan visitado la capital de Suiza, Berna, pero apuesto a que no muchos se han percatado de las increíbles y hermosas fuentes con las que cuenta esta ciudad. Es que cuando se visita un sitio nuevo, la mayoría de las veces nos perdemos en los grandes monumentos, los museos, los restaurantes típicos y paseos premeditados, y dejamos de lado los detalles y las pequeñas cosas que hacen al atractivo de la ciudad.

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Es por ello que hoy los invito a hacer una pausa en el camino, y detenerse en las calles de Berna, para admirar todas sus fuentes.

Tiempo atrás las fuentes eran un punto de reunión importante para toda la ciudad. Allí era donde se recolectaba agua, para beber, cocinar e higienizarse. Es desde entonces que las fuentes cobraron una gran importancia y de allí también la importancia de su construcción arquitectónica. Las fuentes comenzaron a ser símbolos de la ciudad y del agua que ofrecían, razón por la cual de la importancia que recaía en su aspecto práctico, pasó a importarse su aspecto estético. De la mano del desarrollo de la escultura, cuando las fuentes comenzaron a transformarse en verdaderas obras de arte.

Berna es un ejemplo de ciudad que ha dado gran importancia a las fuentes que la adornan. En el centro histórico puedes encontrarte con más de una docena de fuentes, mayormente concebidas durante el Renacimiento. Es por ello que las esculturas que las adornan tienen figuras de animales, soldados, figuras bíblicas o alegóricas.

Una de las más conocidas y a la vez más horribles fuentes creadas en el mundo entero es la Fuente del Comedor de niños, la llamada 'Kindlifresser', de la que ya hemos escrito anteriormente.

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Las más antiguas fuentes que se erigen en la capital suiza, son la Crónica de Berno (primera mitad del siglo XIV) y la crónica de Honrad Justinger (después de 1420). Ambas evocan la fundación de la ciudad, producida en 1191.

Dato a destacar: la ciudad de Berna dedica nada menos que 270 mil dólares al año por el cuidado de sus fuentes, que incluye limpiado del tanque una vez por semana.

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Si viajas a Berna, procura dedicar un rato de tu tiempo a observar a tu alrededor mientras caminas por sus calles, y apreciar la historia y belleza que hay en cada una de sus fuentes.

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