Descubierto por accidente: el teflón

A principios de los año 30 del siglo pasado, un investigador de DuPont, llamado Roy Plunkett, descubrió el teflón por accidente mientras trabajaba en el desarrollo de sustancias refrigerantes.

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Resulta que para avanzar en sus experimentos, Plunkett almacenó en unos cilindros a presión 45 kilos de tetrafluoreotileno (TFE) y los sumergió en hielo seco.

En la mañana del 6 de abril de 1938, él y su ayudante conectaron uno de los recipientes con TFE al aparato de reacción para seguir su procedimiento estándar de mezclar con ácido clorhídrico, pero en aquella ocasión no salió nada del cilindro.

El gas seguía dentro y nada parecía fallar en la válvula. Al abrirlo, Plunkett se encontró con que sus paredes interiores estaban cubiertas con una capa blanca lisa y cerosa, se trataba del teflón o politrafluoretileno (PTFE) .

El PTFE tiene múltiples aplicaciones, aunque no se empezó a vender hasta 1946.

Se utiliza en revestimientos de aviones, cohetes y naves espaciales debido a las grandes diferencias de temperatura que es capaz de soportar.

También se emplea en la industria se emplea en elementos articulados, ya que su capacidad antifricción permite eliminar el uso de lubricantes como el Krytox.

En medicina, aprovechando que no reacciona con sustancias o tejidos y es flexible y antiadherente se utiliza para prótesis, creación de tejidos artificiales y vasos sanguíneos, en incluso operaciones estética.