De prostituta a la pirata más temida de los mares: conoce a la mujer que comandó a 80.000 personas

Cuando se habla de piratas se piensa en hombres temibles con barba larga y espada filosa, pero pocos saben que el título de pirata más exitoso de la historia es para una dama. Se trata de la china Ching Shih que aterrorizó los mares durante varios años.

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Ching Shih llegó a comandar una flota de 1.500 barcos y más de 80.000 marineros, nada mal para una mujer que comenzó su carrera como prostituta en un burdel flotante. Luego, se convirtió en la pirata más poderosa y temida tanto en el oriente como el occidente.

Ching Shih: la pirata más grande de todos los tiempos

La piratería en los mares pareciera ser una labor principalmente masculina, pero fue una mujer quien se ganó el título de la más temida y grandiosa de la historia . Ching Shih dominó los océanos entre 1807 y 1810 y, a diferencia de sus colegas de profesión, tuvo un retiro de lo más tranquilo.

En 1801 Ching Shih, quien trabajaba como prostituta, se casó con el pirata Cheng I, una unión en que acordaron ser socios en la flota de barcos piratas que él poseía. Tras la muerte de su esposo, fue ella quien quedó con el control total de sus embarcaciones y tripulantes.

La pirata, también conocida como Cheng I Sao, hizo crecer la flota y sobrepasó los 1.500 buques, incluso hay quienes dicen que el número se acercó a los 2.000, con una tripulación de más de 80.000 marineros dispuestos a luchar con ella.

Gracias a su inteligencia y capacidad de ver más allá de lo que hacían los otros piratas, Ching Shih se convirtió en la pirata más temida y exitosa de la historia. Su flota superaba a los ejércitos de varios países y ella supo bien cómo formar alianzas para conseguir lo que necesitaba, ya sea con pequeños agricultores o espías que le alimentaban con información.

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¿Cómo una mujer logró controlar a tantos hombres? Ching Shih estableció un código de conducta para sus piratas con reglas claras que iban más allá de los códigos básicos. Quienes las rompían eran castigados duramente e incluso ejecutados.

A la hora de tomar prisioneros, la temida pirata tenía criterios especiales para las mujeres: las que consideraba hermosas eran subastadas o vendidas a la tripulación para contraer matrimonio. Por otro lado, las poco agraciadas eran devueltas a tierra.

Si uno de sus piratas llegaba a maltratar o engañar a su esposa, Ching Shih no dudaba en darle un castigo severo: la muerte. Así se aseguraba que no solo las mujeres de sus marineros tuviesen buen trato, sino también que sus hombres se comportaran de manera disciplinada.

Las flotas de Ching Shih batallaron con barcos chinos, portugueses y británicos, y se prometían recompensas para quien lograra capturar a la líder. Finalmente, logró un acuerdo con las autoridades chinas y aceptó dejar el mundo de los piratas a cambio de una existencia pacífica sin sufrir castigos.

Murió a los 69 años y pasó sus últimos tiempos a cargo de una casa de apuestas que abrió en su país natal. Jamás vencida, pudo conservar parte de los tesoros que consiguió en sus años de pirateo.

La interesante vida de Ching Shih rendiría una muy buena película, ¿no te parece? No por nada fue la pirata más temida y exitosa de la historia en un contexto extremadamente varonil.