¡De no creer! Las 5 historias de supervivencia más INCREÍBLES del mundo

¡No podrás creer por las cosas que tuvieron que pasar!

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A lo largo de la Historia, han habido muchas historias de supervivencia increíbles que demuestran que los seres humanos guardan una tenacidad inusitada y un coraje a toda prueba, cuando se trata de luchar por su vida.

Entre ellas, hay algunas  que se destacan por las condiciones extremas que debieron afrontar sus protagonistas o porque la casualidad hizo que evitaran una muerte segura.

#5 El hombre que quedó atrapado bajo el agua (durante tres días)

Imagen Shutterstock

Harrison Okene se encontraba trabajando en un remolcador de servicio para la petrolera Chevron cuando este giró repentinamente y se hundió en las profundidades del Atlántico. Okene se desplazó a través de los corredores llenos de agua, tomó una linterna y unas latas de refresco y se refugió en una esquina del barco, donde halló una bolsa de aire.

Allí comenzó una tensa espera, que duró 72 horas, mientras escuchaba cómo los tiburones se disputaban los cuerpos del resto de la tripulación. Además de mucha suerte, Okene se salvó gracias a la física. En otras condiciones, su bolsa de aire se hubiese llenado con CO2 en muy poco tiempo. Pero este se disuelve rápidamente en el agua, en especial si está fría. Además, el hecho de encontrarse bajo el mar hizo que se añadiera una atmósfera de presión por cada 10 metros. Su suministro de oxígeno se tornó más denso y ello hizo que solo necesitara 6 metros cúbicos de aire para sobrevivir en lugar de los 25 metros cúbicos que hubiese necesitado en otras condiciones.

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El hecho de que encontrara esa burbuja de aire para refugiarse continúa siendo un milagro...

#4 La paracaidista que salvó su vida gracias a las hormigas

Imagen thinkstock

Joan Murray es una ejecutiva de un banco estadounidense a la que le agradaban los deportes de riesgo. Ocasionalmente, practicaba el paracaidismo hasta que tuvo un accidente.

En un salto de 4500 metros, su paracaídas se negó a abrirse. Desesperada forcejeó con el paracaídas de emergencia, pero este se abrió a tan solo 213 metros del suelo para desinflarse inmediatamente. A partir de ese momento, Joan se acercó al suelo a una velocidad de 130 km por hora con tanta mala (o buena) suerte que cayó justo sobre un hormiguero.

Joan sufrió graves heridas, ya que toda la parte derecha de su cuerpo quedó destrozada. Además, fue picada más de 200 veces por las hormigas de fuego, quienes en definitiva salvaron su vida. La liberación de adrenalina que provocaron todas esas picaduras mantuvo su corazón en funcionamiento hasta que fue rescatada. Varios años después, celebró su cumpleaños lanzándose nuevamente en un paracaídas.

¡Por fortuna se abrió en ese salto!

#3 El joven que viajó a 225 km por hora (llevado por el viento)

Imagen thinkstock

Un tornado puede causar de daños graves a devastadores, ya que tiene el potencial de destruir casas de materiales sólidos hasta los cimientos, lanzar a los vehículos como misiles e incluso volcar trenes.

Un joven de Missouri, de 19 años, llamado Matt Sutter, tuvo la posibilidad de experimentar en persona la potencia aterradora de este fenómeno. Mientras se encontraba en el remolque de su abuela comenzó a sentir el aullido del viento y pudo percibir cómo las paredes, el techo y el piso de la vivienda se movían como si fueran de gelatina. Repentinamente se abrió un hueco en la casa y Matt se encontró volando, a la velocidad de un auto de carrera, mientras veía pasar los restos de las casas y otros desechos a su alrededor.

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De pronto, el viento se detuvo y lo depositó en una cancha de fútbol a unos 182 metros de distancia de donde se encontraba al comenzar el tornado. Increíblemente, cuando se recuperó del espanto se levantó intacto, a excepción de un tajo en la cabeza, producido por el choque contra un poste de luz.

#2 El hombre que se amputó su propio brazo para sobrevivir

Imagen Thinkstock

Aron Ralston es un alpinista que había programado un viaje corto al cañón Blue John en Utah cuando repentinamente resbaló y desprendió una roca de 360 kg de peso. Esta  apretó su brazo y lo dejó atrapado contra la pared del cañón. Intentó romper la roca con su navaja multiusos y forcejeó para liberar su brazo pero no tuvo éxito.

En esas condiciones pasó cinco días. Sabía que nadie podría encontrarlo puesto que no había comentado sus planes de visitar el cañón, por lo que se preparó para morir en ese lugar.

Finalmente, la deshidratación dio paso a delirios y a alucinaciones que lo llevaron a romper su brazo utilizando el peso de su cuerpo. Luego, tomó su navaja afilada y se dedico a cortar los cartílagos, la piel y los tendones de su extremidad. Armó un torniquete improvisado con una goma de su equipo y tuvo que hacer rappel a lo largo de una pared de 19 metros de altura para salir de ese lugar. Luego tuvo que seguir caminando medio moribundo y perseguido por los animales de carroña hasta que fue rescatado.

#1 El maratonista perdido en el desierto

Imagen Thinkstock

Mauro Prosperi es un atleta italiano que se encontraba participando del Maratón de las Arenas en Marruecos cuando se vio envuelto en una tormenta de arena.

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Una vez que el viento amainó se dio cuenta de que el paisaje que lo rodeaba se había transformado. Perdido y sin puntos de referencia comenzó a caminar en el sentido opuesto hasta que encontró un santuario musulmán en el que se refugió del sol y se alimentó de los murciélagos que allí habitaban.

Luego de tres días en ese sitio y de un intento de suicidio fallido decidió retomar su camino. Se alimentó de serpientes y lagartos, y bebió su propia orina mientras continuó caminando hasta que llegó a un pequeño oasis.

Una joven pastora fue quien lo divisó y puso fin a sus nueve días de desesperación en medio del desierto. Se había apartado casi 300 km de la ruta de la carrera. 

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