Cuando dos mundos colisionan

Los límites más allá de nuestro sistema solar son para el hombre de a pie, vastos y oscuros. Tal vez nuestra vía láctea sea todavía un universo relativamente más familiar y en él nos sentamos como en casa, pero igualmente dentro de ella la realidad es bastante oscura. De hecho, dentro de nuestra galaxia pasan cosas inimaginables, y muchas, como por ejemplo la colisión de dos mundos.

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Esta ha sido la noticia que el implacable telescopio espacial Spitzer ha captado recientemente, pues el telescopio ha detectado signos de colisión interplanetaria en la joven estrella HD 172555. Aparentemente algo complejo le sucedió a este cuerpo celeste, y la explicación inmediata sugiere que otro cuerpo la impactó dejando signos irrefutables de ello.

Los astrónomos de la NASA han utilizado el Spitzer para tomar espectros infrarrojos de la estrella, los cuales demostraron que en su composición había sílice de formación cristalina (llamémosle vidrio, para entendernos a costo de ganar ambigüedad). ¿Qué tiene que hacer el vidrio en una estrella? La conclusión es indudable: impacto planetario.

Estos cristales se forman cuando algo muy grande golpea a otra cosa también gigantesca. Y no sólo eso, los astrónomos detectaron otros elementos químicos en el espectro de la estrella, que también indican un fuerte impacto.

Entonces, los datos sugieren que un cuerpo del tamaño de la Luna golpeó a la estrella ( que tenía el tamaño de Mercurio), causando un impacto fulminante que implicó algo como lo que vemos en el video a continuación, recreado para explicar este desastroso evento.

Lo interesante es que esto ocurrió justo en la HD 172555, la cual está tan sólo a 100 años luz de nuestro planeta (la vía láctea tiene 100.000 años luz a lo largo); o sea, ocurrió MUY cerca de nosotros. ¿Cuándo? No más de unos pocos miles de años atrás. Y seguramente los homo sapiens sapiens ya hubiéramos estado poblando el planeta. ¿Cómo habría lucido el cielo en ese entonces?