Hace exactamente un mes conocí a fondo Barcelona. La capital catalana me fascinó en todos sus sentidos, y transitar por las ramblas, conocer la Boquería, el puerto, el Montjuic, el Tibidabo o un bañito en La Barceloneta me dieron los ingredientes suficientes para enamorarme perdidamente de Barcelona y de todos sus encantos.
Conociendo Barcelona de la mano de Gaudí


Pero hay joyitas en Barcelona que van más allá de la ciudad misma y que se meten en el universo mental de uno de los individuos más geniales que ha conocido la humanidad: Gaudí.
Ya hemos hablado del Parque Güell en NuestroRumbo, pero una cosa es hablar de él y otra es visitarlo. Comencé mi ruta de Gaudí por este hermoso parque diseñado en todos sus ángulos y vértices por el maestro catalán, que ha estampado toda su genialidad en cada uno de los espirales, columnas, contornos y figuras que yacen en el parque más famoso de Barcelona.

Mi inmersión en Gaudí continuó por un lugar de visita obligada en Barcelona: la Sagrada Familia. Mientras la entrada al Parque Güell es gratuita, el ingreso a la Sagrada Familia cuesta ocho euros. El problema es conocido, la iglesia está sin terminar, y uno se pregunta que rayos hacen con la plata de todos los visitantes en lugar de invertirla en terminar estas obras eternas.
Sea como sea la Sagrada Familia es la visión de Gaudí plasmada en lo sagrado. La fachada de la catedral es digna de contemplación durante una media hora (al menos fue eso lo que hice yo), y su interior de visita parcial a uno le lleva más o menos otra media hora si lo quiere visitar bien. El ascensor permite ascender a los recovecos de la catedral, en una sumersión en lo más hondo de la mentalidad de este genio.
Para seguir explorando a Gaudí lo mejor es visitar sus casas. La Pedrera, la Casa Batlló, la Casa Calvet y la Vicens son todas diferentes la una a la otra, y ni que hablar del austero pero muy bonito Palau Güell. El problema es que visitarlas cuesta más o menos quince euros, y probablemente no dispongas de tanto dinero para gastar, así que te recomiendo la Batlló y La Pedrera para tener un pantallazo general.

Gaudí es Barcelona y Barcelona es Gaudí. Uno puede conocer todas las construcciones que aquí menciono, pero nunca terminará de adentrarse por completo en la cabeza del arquitecto catalán, una tarea que ni siquiera pudieron terminar sus mecenas.







