El borrador de un proyecto chino plantea convertir la chatarra espacial en basura iónica que iría al espacio en forma de gas (plasma). Se supone que el desecho no contaminaría a la Tierra porque sería alejado por los vientos solares.
Conoce al increíble cohete que se alimentará de chatarra espacial

Chatarra por todas partes

Que un coche Lada o un Zil choque con un Chery o un Gonow no tendría nada de extraño; una simple colisión entre un auto de fabricación rusa y otro chino. Si los coches quedan inservibles, lo más probable es que vayan a engrosar las montañas de chatarra automotriz que se elevan por todo el mundo.
Allí, aparte de la contaminación, no suponen mayor riesgo. La que si se está convirtiendo en un peligro para la circulación es la basura espacial, hasta el punto de que el hipotético choque en la Tierra entre un vehículo chino y otro ruso ya se produjo en el espacio.
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Colisión en el espacio
En marzo de 2013, el BLITS, un satélite ruso de 7,5 kilos destinado a investigaciones con láseres, fue impactado por un trocito de chatarra espacial producto de la destrucción planificada del satélite chino Fengyun 1C por un misil. Aunque la colisión se produjo a 10 000 kilómetros por segundo, debe haber sido un tenue rozamiento, ya que el satélite ruso fue enviado solamente 120 metros más abajo.
El principal problema con ese disparo de escopeta chino es que generó más de 35 000 balines que andan por allí en espera de una pieza a la que cazar. Y ya son más de 170 millones los pedazos de chatarra que deambulan por el espacio.
Quizá por eso, han sido los mismos chinos quienes se han propuesto construir un cohete devorador de chatarra espacial. Sería algo así como un camión recolector de basura que no necesita ir al vertedero ya que convierte los desperdicios en gas desechable, ni tampoco a la estación de servicio ya que el combustible es proporcionado por la misma conversión. Una maravilla… en un cuaderno de notas.
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Todo es cuestión de costos

Recoger la basura en el espacio tiene problemas parecidos a hacerlo en nuestro planeta, pero magnificados de tal forma que hasta ahora no ha sido posible hallar una solución. Los vertederos de nuestras ciudades se ponen a una distancia tal, que no signifiquen un problema ambiental, pero que tampoco encarezcan demasiado el transporte de los desechos y el retorno de los carros a la recolección.
En el espacio es difícil pensar en vehículos que hagan una ruta, carguen unas pocas toneladas y retornen a vertederos en la Tierra. El proyecto chino, por ahora solo poco más que una idea, plantea convertir la chatarra en un polvo fino y luego en plasma. La ionización a elevadísimas presiones y temperaturas de la basura, y su fortísima expulsión proveerían el impulso del cohete.
Donde los poco iluminados solemos ver un problema, otros más audaces encuentran una oportunidad. Algunos visionarios ya se imaginan las áreas de mayor concentración de basura en especies de estaciones de recarga de combustible para los viajes espaciales del futuro ¡Y todo muy ecológico, al menos en principio!
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