Muchas veces nos reímos de las personas que tienen creencias absurdas porque ¿cómo pueden ser tan ridículas? Nos matamos de la risa con los conspiracionistas que creen que el mundo está dirigido por lagartos antropomórficos y los que creen que son la reencarnación de una divinidad, pero hay otras personas que no nos hacen reír, sino que nos generan incredulidad porque hicieron cosas horribles en nombre de sus creencias.
Conoce a las «supervacas nazis», el ganado de Hitler que aún existe

Uno de ellos es Hitler. Como todos sabemos, él creía en algo tan carente de sentido como la existencia de una «raza» superior y por eso cometió todo tipo de atrocidades. Eso no es lo ridículo, lamentablemente aún existen muchas personas que, por ignorancia, piensan así. No, su racismo supo ir a extremos tan absurdos que reiríamos de no ser porque él es la definición de maldad. Entre otras cosas, los nazis creían que los perros son tan inteligentes como los humanos y hasta intentaron enseñarles a hablar y trabajar para el Partido Nazi.
Por otra parte, Hitler creía de forma tan ferviente en la superioridad de la «raza» aria que quería que Europa fuera lo más fiel posible al ideal ario, y eso incluía una vaca especial.
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Ganado ario

El uro salvaje era una especie de vaca tan grande como un bisonte (la foto de arriba) que habitó el campo europeo durante siglos hasta su extinción en 1627. Es uno de los primeros casos registrados de la extinción de una especie y su causa fue, claro, la caza indiscriminada.
Esta especie se extinguió mucho tiempo antes de que los nazis existieran, pero son una parte importante del folklore germánico y por eso los nazis los veneraban y querían devolverles la vida. Por eso, en 1930 Hermann Goering le pidió a dos hermanos genetistas, Heinz y Lutz Heck, que desarrollaran una especie a partir de los descendientes de los uros salvajes. Así nacieron las vacas Heck, las supervacas de los nazis que sobreviven hasta ahora.
Según la ciencia, los uros eran animales formidables, medían 1.80 m y tenían grandes cuernos. Eran más grandes que una persona y también eran muy agresivos, por eso los hermanos Heck decidieron crear un animal igual de agresivo y para lograrlo cruzaron las vacas con toros españoles usados en la tauromaquia.
El resultado es un animal enorme y tan aterrador que, en 2015, un granjero inglés que tenía un pequeño ganado de vacas Heck tuvo que llevarlas al matadero porque intentaron matarlo varias veces. Afortunadamente nadie salió herido y, según el dueño de los animales, las salchichas que hizo con ellos no estaban nada mal.
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