Los activistas en favor de la vida animal al sur del continente americano pueden confiar en que las políticas de protección de la naturaleza están cambiando, luego de que recientemente se estableciera un nuevo proyecto para evitar la caza furtiva de un animal en peligro de extinción de Perú.
Con drones intentan proteger a las vicuñas en peligro de extinción

En aquel país, una asociación animalista implementa un sistema de videovigilancia para proteger a la vicuña ayacuchana de la caza furtiva. Uno de los aspectos relevantes es que para ello se utilizan drones; sin duda, este es otro ejemplo más de que la tecnología debe ser una aliada en la preservación de la vida.

La lección de Perú para el mundo
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La iniciativa de preservación llamada “ Mejoramiento de la producción y productividad de la fibra de vicuña de Lucanas, Ayacucho” nació a partir de la colaboración entre la Asociación de Vicuña de Oro y el Instituto Nacional de Innovación Agraria (perteneciente al Ministerio de Agricultura y Riego de Perú).
Para llevarla a cabo, la asociación ha capacitado a los guardabosques para monitorear la actividad en la comunidad de Lucanas con drones que pueden alcanzar alturas de entre 4000 y 5000 metros sobre el nivel del mar.

El patrullaje que realizan los guardabosques con este equipo tecnológico no busca solamente reforzar las técnicas de vigilancia sobre la caza furtiva. El Instituto Agrario indica que también se pretende revisar las instalaciones de cercos de la zona para, posteriormente, identificar los tramos más deteriorados.
Una de las ventajas de tener a la mano los drones es que estos acortan el tiempo de trabajo: sin la tecnología, los tiempos estimados para realizar las tareas de vigilancia para dar con cazadores tardan entre 4 y 5 horas.

Con el equipamiento, en cambio, solo tardan 15 minutos en monitorear el perímetro para establecer un cerco que delimite las coordenadas por donde se encuentre alguna amenaza o gente sospechosa.
Para la adquisición de los drones y la capacitación del personal, las asociaciones aliadas financiaron cerca de 262 mil 883 soles peruanos, alrededor de 1 millón 518 mil setecientos pesos mexicanos.

La crisis de la vicuña ayacuchana
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La caza furtiva de este animal representa uno de las problemáticas ambientales más importantes para Perú, país en donde habita cerca del 50% de las vicuñas que existen en el mundo (alrededor de 430 mil).
Tan solo en la región de Ayacucho se concentran cerca de 60 mil ejemplares de los cerca de 208 mil 550 que existen en este país. Este hermoso rumiante, además, significa ganancias económicas, pues de su pelaje se produce vicuña, una de las lanas más caras del planeta.

Este material se obtiene a través de un proceso llamado “ chaccu”, que data de la época Inca. Si bien este proceso no es dañino para las alpacas, la reducción de su hábitat y la cacería furtiva ponen en riesgo el modo de vida de miles de personas y el equilibrio de todo el ecosistema.
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