Cómo elegir el calzado adecuado para el Camino de Santiago

El Camino de Santiago es una de las peregrinaciones más famosas y antiguas del mundo, una auténtica experiencia para todo aquel que tenga motivos o que quiera experimentar los encantos de las tierras gallegas. Sin embargo nuestros pies serán nuestros mayores aliados a lo largo de esta ruta a iniciar desde diversos puntos. Caminos pedregosos, colinas, lluvias y largas horas de camino pueden hacernos llegar a odiar las zapatillas que escogimos, es por ello que vamos a darles algunos consejos para elegir el mejor calzado para el Camino de Santiago.

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Cuidado de los pies

Antes de elegir qué calzado vamos a utilizar y demás complementos para nuestra aventura debemos estar mentalizados acerca de lo qué es realmente el Camino de Santiago: andar durante varios días por terrenos de todo tipo, con guijarros, laderas escarpadas, hierba, asfalto...

De modo que tenemos que ser consciente de la importancia de un calzado que ante todo sea uno con el que nos sintamos cómodos (igual si son unas Nike de hace 10 años) y en la medida de lo posible ligero, por lo que las botas suelen ser un calzado recomendable en verano pero más resistentes en invierno, protege mejor los tobillos y ante todo más secas. Pero son pesadas igualmente.

Antes de ponernos cualquier calzado, lo que tenemos que hacer también es ser atentos con nuestros pies. Dejarlos descansar, masajearlos cuando descansemos en la posada o hacer pequeños estiramientos y especialmente, untarlos con vaselina antes de empezar una nueva etapa. 

Los calcetines también juegan un papel importante ya que su contacto con el resto de la zapatilla puede humedecernos los pies más de la cuenta. De modo que rechacemos principalmente los calcetines demasiado gruesos o de lana, llevando aquellos que se adhieran mejor a la zapatilla.

Calzado ideal 

Además del suelo, debemos tener en cuenta las inclemencias del tiempo, pues la lluvia puede llegar a ser molesta si el calzado no es impermeable, pero al mismo tiempo si la zapatilla transpira puede llegar a mojarse. De modo que también dependerá mucho de la época en la que vayamos a realizar el Camino, si bien el norte de España suele ser bastante lluvioso, exceptuando los meses de julio y agosto que son los de mayor flujo de peregrinos.

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Las zapatillas de trekking son buenas debido a su suela resistente que se amolda perfectamente a todo tipo de suelos. Son buenas por el hecho de tener una suela gruesa apoyada en otra de goma dura que aporta mayor resistencia a los imprevistos como piedras o zonas escarpadas. Por otra parte las zapatillas de trekking reúnen dos desventajas: no son impermeables y pueden tensar demasiado los tobillos. Sin embargo el típico bastón de peregrino juega un papel importante en esta última característica, con los cual podemos mantener los pies resistentes y apoya esa rigidez del tobillo sobre el bastón. 

Las zapatillas trail running cumplen casi las mismas características que las de trekking, por lo que son también recomendables, aportando amortiguación y flexibilidad. Su tejido impermeable Gore-Tex permite aislar mejor el sudor y evitar la humedad en el pie. Por otra parte, aquellas más convencionales que sean de deporte o simplemente running de más uso urbano  carecen de la goma y suela de las zapatillas de trekking o trail running.

El problema de un calzado impermeable es que no respira igual que otro que transpire, pues el agua obstruye la ventilación de las zapatillas, lo cual humedecera los calcetines convirtiéndose en un tramo algo difícil de llevar. En ese caso lo mejor será parar hasta que cese la lluvia. 

Imagen Thinkstock

Obviamente no hace falta decir que es bueno haber recorrido o andado antes con el calzado que haremos el Camino, ya que nunca es recomendable las rozaduras y rigidez de un calzado a estrenar y menos en una ruta en la que fácilmente puedes recorrer 800 km en dos semanas. 

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Elegir el calzado adecuado para recorrer el Camino de Santiago es una tarea muy personal, pues si bien hay calzados universalmente más recomendados que otros, el truco reside en la comodidad que nos reporte unas determinadas zapatillas, siempre teniendo en cuenta la distancia que recorreremos y lo que supone este peregrinaje. Ante todo, debemos mimar los pies, detenerse si es necesario y volverlo resistente gracias al equipo adecuado. Si no, siempre nos quedarán otras alternativas, como hacer el Camino de Santiago en bicicleta.  

¿Alguna vez hiciste el Camino de Santiago? ¿Cuál es tu consejo respecto al calzado?

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