Charlie Hebdo despierta furia e indignación con un chiste sobre el terremoto en Italia

La revista satírica  Charlie Hebdo ha dejado en una posición incómoda a todos los que, el año pasado, conmovidos por la horrible masacre perpetrada por fundamentalistas religiosos en la redacción de la publicación, manifestaron su apoyo en redes sociales con # JeSuisCharlie.

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Muchos se habrán arrepentido, probablemente, pero tal vez esta era la intención detrás de este nuevo y polémico chiste sobre el terremoto en Italia, que ha causado indignación en las redes sociales, las mismas que antes se inundaron con mensajes de apoyo.

La caricatura, firmada por el humorista Félix, lleva el título de “Sismo a la Italiana” y establece una comparación entre platos típicos italianos y la situación de las víctimas del terremoto. La lasagna es una pila de cadáveres y escombros.

La agencia italiana de noticias ANSA recoge las declaraciones de Sergio Pirozzi, el alcalde de Amatrice, una de las ciudades más afectadas por el sismo.

Pirozzi dijo que la viñeta era de mal gusto y violenta, y que si bien sabía apreciar una buena ironía, consideró que ésta no debería hacerse a expensas de los muertos en una tragedia. También agregó que estaba seguro que esta caricatura no reflejaba el verdadero sentir del pueblo de Francia.

El chiste de Charlie Hebdo puede ser difícil de digerir para algunos, de horrible mal gusto o sin gracia para otros, o simplemente de una tremenda falta de respeto y sensibilidad para las víctimas del terremoto.

Pero nada de esto alcanza para poner en tela de juicio la libertad de expresión, que era, en esencia, lo que se defendía con el slogan #JeSuisCharlie a comienzos de 2015 cuando 12 miembros de su staff murieron acribillados por hacer chistes que resultaron ofensivos, y no otra cosa (no una posición en un debate oriente vs. occidente o religión vs. laicisismo).

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Expresar ideas, escritas o dibujadas, satíricas o serias, ofensivas o no, es un derecho que definitivamente vale la pena defender, y no solamente cuando del otro lado hay fundamentalistas violentos.

Charlie Hebdo está en su derecho de hacer este chiste. Y el público está en su derecho de indignarse.