Cada año más y más personas se interesan en visitar los cementerios, mausoleos y sitios funerarios no solo para recordar a personas queridas que ya partieron, sino también para disfrutar de estos parques públicos donde se puede pasear y tener un momento de relajación. A la hermosa arquitectura de estos lugares, se añaden florestas y arboledas, agradables entornos para realizar picnics o caminatas familiares.
Cementerios para los vivos: cine, yoga y otras actividades buscan resignificar el espacio de los muertos

Y es que en los últimos tiempos, los cementerios han vuelto a ser –como en otras épocas– espacios para los vivos, donde actividades como el yoga o las noches de cine cambian el sentido luctuoso que hasta hoy han mantenido en el imaginario colectivo.
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Un poco de historia

En los Estados Unidos, la tradición de usar los cementerios como lugares de esparcimiento se remonta a 1831, cuando se erige la primera gran necrópolis Mount Auburn, en Cambridge, Massachusetts. Dado que entonces no existían espacios públicos como parques y jardines botánicos, este recinto se construyó dotándolo de veredas onduladas y hermosas vistas, donde la gente podía pasear.
Surge entonces un movimiento de cementerio rural y estos sitios se vuelven muy importantes para los pobladores de las ciudades que acuden en oleadas para irse de caza, picnic, carreras de carruajes, entre otras actividades.
Sin embargo, a fines del siglo XIX, la gente comienza a asociar los cementerios con tristeza, dolor, pérdida y no con entretenimiento, por lo que el auge anterior decae y estos espacios se cierran al público.
Y vuelven los cementerios para los vivos
En la actualidad, los cementerios están volviendo a ser lugares para los vivos que ofrecen programas para locales y visitantes de cada urbe. Algunas de las actividades más usuales son hacer yoga, películas al aire libre, paseo de mascotas, conciertos y competencias de animales.
Muchas ciudades tienen cementerios que ofrecen amenidades atractivas para las multitudes, como es el caso de Père Lachaise en París, donde están enterrados Morrison, María Callas, Frederick Chopin o Oscar Wilde.
En el Hollywood Forever Cemetery de Los Ángeles, cada sábado por la noche unas dos mil personas van a hacer picnic y a ver películas clásicas de Rudolph Valentino y Fay Wray
Asimismo, si se viaja a Nueva Orleans, Louisiana, es obligatorio visitar el cementerio de San Luis y la tumba de la reina vudú Marie Laveau.
Actividades que más se realizan en los cementerios en la actualidad

Entre las actividades que más se realizan en los cementerios en la actualidad se incluyen:
- Teatro: durante la primavera y el verano, diversas obras de teatro se ofrecen en los cementerios. El ambiente de estos lugares permite que el espectador disfrute de puestas en escena con temas inquietantes.
- Yoga: por su tranquilidad y recordarle a las personas el equilibrio entre la vida y la muerte, los cementerios son lugares ideales para hacer yoga ya que promueven la reflexión y la meditación, así como la búsqueda de la paz interior.
- Películas al aire libre: no parece haber mejor lugar para ver filmes de terror que un cementerio. Por tanto, muchos de estos sitios ofrecen programas de películas al aire libre del género, los cuales el público disfruta con asiduidad.
La astronomía y los cementerios

Ya que observar las estrellas puede ser difícil en áreas pobladas, los cementerios se han convertido en lugares ideales para llevar a cabo actividades astronómicas, pues ostentan terrenos extensos a donde no llega la luz artificial.
El cementerio de Woodlawn, ubicado en el Bronx de Nueva York, junto a la Asociación de Astrónomos Amateurs de esta ciudad, decidió organizar un evento anual de observación estelar. Por su parte, el cementerio de Laurel Hill también preparó una Noche de Astronomía en coordinación con el Festival de Ciencia de Filadelfia.
Como vemos, los vivos han invadido el espacio de los muertos poblando los cementerios de significados nuevos que hasta hace unos años ni hubiéramos imaginado. Irónicamente, convertir estos sitios fúnebres en lugares de ocio y diversión no hace más que reafirmar –precisamente en el lugar del descanso final– el valor del optimismo y lo preciada que es la vida para el ser humano.
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