El sur de Chile es practicamente el sur del mundo. En este caso nuestro destino es el camino conocido como la Carretera Austral, en las regiones décima y décimoprimera del país. Esta carretera une las ciudades de Puerto Montt y puerto Yungay, por lo que lo primero será llegar hasta aquí. Este trayecto desde Santiago, la capital del país, puede hacerse tanto en avión como por tierra, dependiendo de cuanto tiempo dispongamos.
Camino al sur del mundo


El punto de partida será entonces la acogedora ciudad de Puerto Montt, centro de la región ubicado sobre una bahía con una población que no alcanza los 200 mil habiantes. En esta ciudad valdrá la pena pasar un par de días recorriendo las hermosas catedrales y visitando los típicos edificios con arquitectura claramente de base alemana que levantaron los primeros colonos de esta región, provenientes de aquel país europeo.
Una vez que nos desidamos a partir hacia el sur y dejar atrás esta encantadora ciudad costera debemos hacernos de un buen cargamento de gasolina, pues no nos será fácil conseguirla más al sur. Una vez en la ruta, que se encuentra en muy buen estado, no podremos dejar de observar los distintos paisajes, cada uno de ellos más salvaje y espectacular que el otro.
La ruta nos irá regalando paisajes costeros hata que en el kilómetro 204 llegaremos a el pueblo pesquero de Chaitén que cuenta con poco más de 3 mil habitantes. Aquí podremos pasar la noche y antes de que caiga el sol dar un paseo por la costanera que nos brinda un gran paisaje del volcán Corcovado. En Chaitén podremos quedarnos en las cabañas Oro Verde.

Pero a 35 minutos de Chaitén están las Termas del Amarillo, donde también podremos rentar una cabaña y pasar la noche. Además en este lugar, rudimentarias piscinas de aguas termales rodeadas de bosques patagónicos nos darán una gran acogida. En estas primitivas termas podremos también disfrutar de algunos servicios típicos de un spa (baños de barro y de vapor, etc).
Más al sur, llegando a Caleta de la Arena deberemos realizar un trayecto en balsa para continuar por la ruta Austral que luego se volverá a cortar dos veces más en el mar y volverá a ser cruzada por balsas que transportan los automóviles, dándonos un tiempo para el desscanso y el disfrute total del paisaje.
Otra parada indiscutible es en el Río Palena, en la desembocadura con el lago del mismo nombre y en los senderos que atraviesan el Parque Nacional Palena. En el río podremos practicar kayak y en tierra el senderismo entre bosques y montañas es una actividad que muchos disfutan.
Un poco más adelante, siempre por la carretera Austral, encotramos la ciudad de Coyhaique en la que también vale pasar el día y hasta podremos hospedarnos en uno de sus hoteles para pasar la noche. En los alrededores podemos salir a caballo a explorar tierras de paisajes gigantes y verdes tapados de nieves durante el invierno.
270 kilometros al sur de Coyhaique llegamos a puerto Bertrand, con menos de 300 habitantes. Aquí andar a caballo, salir de pesca o quedarse junto a la estufa de leña en una cabaña mirando el paisaje por la ventana son siempre buenas ideas. Y más al sur por fin llegamos a Puert Yungay, el último puerto seguro para salir al mar.
Si bien hay desde hoteles 5 estrellas hasta cabañas apenas equipadas a lo largo de la Carretera Austral, l os precios del alojamiento suelen estar en dólares y ser bastante más altos en comparación a otros países sudamericanos.
Recorrer el camino al sur de mundo es como descubrirse a uno mismo y descubrir un mundo donde la naturaleza se agiganta y domina cualquier paisaje.

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