Café de la Paix: el encanto de París en el mítico café

Café. Esa semilla tan preciada desde tiempos lejanos, es hoy la excusa perfecta para hacer una pausa en el agitado día y elegir “perder” el tiempo en buena compañía. ¿Y por qué no también hacer esa pausa en medio de un activo día de turismo? Es por eso que hoy los quiero invitar con una taza de café en el mítico Café de la Paix, el original, situado en París.

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Tome asiento, póngase cómodo. Mientras usted saborea uno de los mejores cafés que podrá probar el la ciudad del amor, yo lo voy sumergiendo en la historia que encierran sus paredes.

Sus orígenes se remontan al 1862, fecha en que fue fundado el Café de la Paix en el primer piso del Grand Hotel, pensado para que allí pudieran ir los que se hospedaban en el hotel. Extranjeros cuya estadía en París tenía como motivo visitar la Exhibición Universal de 1867, en la que se inaguró la famosa Torre Eiffel.

El arquitecto que diseñó el café fue Charles Garnier, el mismo que edificó la Ópera de París, tanto así que ambos lugares abrieron sus puertas el mismo día a tan solo unos metros de distancia. Ambos guardan el mismo estilo arquitectónico, que sin lugar a dudas vale la pena conocer, por su elegancia y estilo neobarroco.

Sin embargo el Café de la Paix cobró relevancia al convertirse en el lugar de reunión para un gran grupo de intelectuales, artistas, directores de escena y escritores que asistían a las representaciones de ópera y a la salida se juntaban a tomar café y comenzar charlas que podría no tener fin.

Han saboreado tazas de café en las mesas del Café de la Paix, el compositor italiano Guisseppe Verdi, quien se dice encontró en este café el lugar ideal para inspirarse y crear  una de sus composiciones de ópera. También han pasado personajes reconocidos como los escritores franceses Émile Zola, Guy de Maupassant, la soprano Maria Callas, el pintor francés Marc Chagall, el actor estadounidense Orson Welles y el famoso cantante Yves Montand.

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Sin dudas al ingresar a este famoso café parisino, algún tipo de aire artístico debe respirarse en el ambiente. Pese a su reforma realizada en el 2002, su típico estilo de época sigue en pie. Si visita París dedíquese a usted mismo una tarde, haga una pausa y conozca este café que ha sido replicado en muchas ciudades del mundo. Todas buscando alcanzar un poco de la magia del original.

Su dirección: 12 Bulevar de las Capucines.

No se preocupe, yo invito.

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