Buenos Aires, la cosmopolita capital de Argentina

La superficie de doscientos kilómetros cuadrados que abarca la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con el Río de la Plata y el Riachuelo como límites naturales por el este y el sur, comprende un terreno llano que incita a recorrerla caminando. El clima de esta megalópolis (una de las diez capitales más pobladas del mundo) es templado y húmedo, el calor y el frío intenso sólo se presentan escasos días al año. Este ambiente permite el crecimiento de numerosas especies de árboles y plantas que decoran las calles y los numerosos parques y plazas con los que cuenta.

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Ciudad conectada con el mundo

En esta región del Plata hay dos vientos característicos, el Pampero que sopla del sudoeste barriendo las nubes de tormenta y limpiando la atmósfera y la Sudestada que es una corriente de vientos persistentes del sudeste que provocan lluvias de varios días. A pesar de las condiciones adversas que presenta todo espacio urbano para el desarrollo de la naturaleza hay más de cien especies diferentes de aves y la mayoría de ellas pueden verse al visitar la Reserva Natural situada en la denominada Costanera Sur.

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En el año 1898 se inauguró el primer puerto que tuvo la ciudad, diseñado por Eduardo Madero; de las Dársenas Norte y Sur del puerto que ahora lleva su nombre salen embarcaciones con destinos turísticos, en el dique 4 hay un amarradero para yates y veleros y en el denominado Puerto Nuevo se concentra la mayor actividad comercial portuaria de importación y exportación. En su centro histórico Buenos Aires exhibe los más variados contrastes, allí podemos encontrar abundantes templos religiosos y edificios monumentales de la época colonial entremezclados con un presente modernista de vidrio y metal.

Centro de impactante belleza

Alrededor de la céntrica Plaza de Mayo se observan la Casa de Gobierno con su distintivo tono rosado, la Catedral Metropolitana con sus imponentes columnas y el Cabildo, edificio de una blancura impoluta que albergara al primer gobierno criollo que tuvieron los argentinos. En las cercanías se puede visitar la Plaza del Congreso, el célebre Teatro Colón, los túneles de la Manzana de las Luces y el conocidísimo Obelisco, ubicado en el cruce de las Avenidas 9 de Julio (que conmemora el Día de la Independencia Nacional) y Corrientes (donde la cantidad y la calidad de los espectáculos teatrales atraen a tantos espectadores como los de Broadway, su par en los Estados Unidos).

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En numerosos barrios y plazas se arman ferias artesanales en los que se pueden comprar recuerdos típicos tales como ponchos y mates; siendo hacia el sur San Telmo un barrio muy concurrido a tal efecto, con sus calles empedradas y muchas viviendas que conservan el encanto antiguo. Hacia el norte está Plaza Francia, hermosa con sus faroles, blancas escalinatas y el marco de la bellísima Basílica del Pilar. En el entorno de destacan el Cementerio de la Recoleta con su importante arquitectura, el Museo Nacional de Bellas Artes y el Parque Thays. En ambas zonas hay también espectáculos artísticos callejeros de música y danza.

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Para conocer tan hermosa ciudad no alcanza una visita, regresaremos a ella decenas de veces y en cada viaje nos asombrará con algo que no vimos la vez anterior.

¿Has visitado Buenos Aires? ¿Te parece bonita?