Benisa, mirando al Mediterráneo

Benisa está ubicada dentro de la Provincia de Alicante, a apenas poco más de cien kilómetros de su capital, Valencia, mirando al Mar Mediterráneo en el este de España. Con sus casi setenta kilómetros cuadrados de superficie tiene cuatro de costa marítima.

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Playas para todos los gustos

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Su geografía es de lo más variada, cuenta con hermosas sierras, como la de Olta, la de La Solana y la de Bernia, que ronda los mil doscientos metros de alto. El conglomerado urbano se sitúa a un promedio de 200 metros sobre el nivel del mar y la costa es muy accidentada, presentando playas de arena o de grava y pequeñas calas con fondos rocosos.

Los parajes más frecuentados por el turismo son la Playa de la Fustera, cerca de la cual se halla la Cueva de la Fustera ubicada a diez metros de altura, desde la que se tiene una magnífica vista de todo el litoral hasta el Peñón de Ifach;  y el Puerto de Les Basetes, casi en el límite con la vecina Calpe, que cuenta con una popular escuela de navegación a vela.

Entre las calas destacan la Cala del Baladrar con sus pinos y su agua clara; la Platgeta de l’Advocat que cuenta con un pequeño espigón y una plaza para quienes gusten de los paseos al aire libre; la Cala de la Llobella, la más pequeña y silvestre, ideal para deportes subacuáticos y la Cala Pinets, la cual aunque rocosa es apta para ir con niños puesto que está protegida del fuerte oleaje.

Paseos, comidas y vinos

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También hay que visitar las pinturas rupestres de la localidad rural de Pinos; la Torreta de Canor, que posee una  planta cuadrada de siete metros de lado, tiene una altura de ocho metros y techo de tejas curvas a dos aguas; la Plaza de la Iglesia Vieja en la que se realizan actos culturales; la Iglesia de la Purísima Concepción, con su estilo neogótico; La Lonja, que es hoy un centro de exposiciones y el Palacio Torres-Orduña donde funciona la Casa de la Cultura.

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La gastronomía de Benisa merece un párrafo aparte, siendo su plato más sobresaliente el cocido de pulpo; otras exquisiteces son la cazuela de melva y las cocas al horno; además los embutidos, que se conocen como los mejores de la costa. Tanta riqueza culinaria se acompaña con dos tipos distintos de vino de la región, el moscatel y el mistela. Playa, sierras, arte y buena comida regada con grandes vinos, no hay mejor plan para pasar unas vacaciones inolvidables.

¿Conocían sobre Benisa? ¿Qué les parece este magnífico sitio?