Bellos destinos de Italia: la ciudad de Todi

En el centro mismo de Italia, en el sur de la región de Umbría, Provincia de Perugia, se encuentra Todi. Esta bella ciudad se ubica sobre una colina en el valle medio del Río Tíber, que se alza a cuatrocientos metros sobre el nivel del mar y tiene poco más de doscientos kilómetros cuadrados de superficie.

Aquí podemos ver fértiles campiñas, extensos prados y varias elevaciones del terreno en las que se asientan tradicionales aldeas que conservan todo el encanto arquitectónico del Medioevo.

Su legendaria fundación

Fue fundada por los etruscos varios siglos antes de la Era Cristiana (se calcula que hacia el 2700 a.C. y cuenta la leyenda que fue un águila quien les mostró el sitio donde debía ser emplazada); pasó luego a ser romana, aproximadamente en el año 40 a.C y en el siglo XIV se convirtió en comuna autónoma pasando a integrar los llamados Estados de la Iglesia.

De cada una de esas épocas conserva una muralla, la exterior es medieval y recuerda los tiempos en que los Güelfos y los Guibelinos peleaban por la posesión de esas tierras; este círculo fortificado mide unos cuatro kilómetros de longitud y posee tres entradas, conocidas como “Romana”, “Amerina” y “Perugina”. El muro intermedio se levantó bajo el poder de Roma, utilizando piedra travertina y dejando tres accesos, las majestuosas puertas Libera, Catena y Aurea. De la fortificación etrusca quedan aún muchos tramos en pie que han  sobrevivido desde los tiempos primitivos.

Iglesias y palacios de todas las épocas

Son innumerables los bellos lugares que se pueden visitar en Todi, la llamada Piazza del Popolo con su Palazzo dei Priori; el Duomo, o Catedral de Santa María Assunta, que data del siglo XI y es de estilo gótico (dentro de su cripta funciona un interesante museo); la Iglesia de San Fortunato que alberga las tumbas de cuatro santos; la Iglesia de Santa María de la Consolación, construida extramuros, comenzada en el 1508 e inaugurada casi cien años más tarde; el Museo de Todi; el Palazzo del Popolo con su incomparable pinacoteca y el Palazzo del Capitano, sede del Consejo de la Comuna.

En las cercanías de la ciudad está el Convento de Montesanto, donde fue hallada (a mediados del siglo XIX) una antigua estatua etrusca del dios Marte realizada en bronce. Mide alrededor de un metro cuarenta y su apariencia es similar a la de los guerreros griegos de ese entonces, sostiene una lanza con la mano izquierda y un tazón con la derecha. Puede vérsela expuesta en el Museo del Vaticano.

Todi posee un encanto difícil de explicar, una paz inmensa que se percibe apenas uno se acerca a ella y está rodeada de hermosos paisajes que se grabarán no sólo en nuestros ojos sino en nuestros corazones para siempre.

¿Han visitado Todi alguna vez? ¿Les gustaría hacerlo?