En Colombia, precisamente a 45 kilómetros de Cartagena de Indias, se encuentra la península de Barú, una isla que recibe a miles de turistas cada año. Van atraídos por su arena blanca y sus aguas cristalinas que permiten observar a simple vista tortugas marinas y corales. Sin embargo, este hermoso paraíso caribeño se encuentra seriamente en peligro.
Barú: el paraíso caribeño que podría ser parte del pasado si no lo cuidamos

Barú: peligro de extinción
El problema se debe al enorme deterioro ambiental y social, resultado de la falta de control por parte de las autoridades. Por un lado, el enorme éxodo turístico y la ausencia de un ente regulador genera que los residuos de restaurantes y hoteles terminen donde cada uno lo decida.
Según el medio El Espectador, varios restaurantes entierran las tripas de pescado bajo tierra, otros las tiran en la ciénaga, y otros directamente al mar, poniendo en riesgo a las tortugas marinas, corales y mangles que habitan allí.
La deforestación y la sobrepesca también provocan cambios ambientales irreversibles que afectan a toda la fauna. Y por otro lado, la erosión de la playa hace que por muchas zonas ya no se pueda caminar debido al nivel del mar: en los últimos 50 años, se perdieron más de 70 metros de playa.
En el corregimiento de Barú habitan aproximadamente 4 mil personas que viven de la pesca, la agricultura y del turismo cuando la marea lo permite. Pero su estilo de vida se encuentra sumamente amenazado frente al temor de que la erosión termine dividiendo a la isla en dos, con consecuencias irreparables para el medioambiente en la región.

¿Qué hacer para evitar que Barú desaparezca?
Tras 22 años de lucha, el Gobierno colombiano comenzó en 2018 las obras de protección costera y de carácter ambiental, conforme a lo establecido por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales ( ANLA), Parques Naturales y el Ministerio de Medio Ambiente. La idea es rehabilitar y recuperar el flujo vehicular de 1,4 kilómetros viales de Barú, explica el medio local El Heraldo.
Sin embargo, como ya se produjeron cambios que perjudicaron a todo el ecosistema de la isla y afectaron profundamente el estilo de vida de sus habitantes, las autoridades locales deberán seguir avanzando en más políticas públicas para evitar que este hermoso paraíso caribeño desaparezca.
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