La Villa de Kinvara se encuentra ubicada sobre la bahía de su mismo nombre, al sur del Condado de Galway, en la Provincia de Connacht, en el oeste de Irlanda. El emplazamiento de la actual ciudad coincide con el del territorio medieval perteneciente al clan Ó hEidhin, con el sub distrito de Aidhne, que se estrechaba desde Garryland hacia Doorus, en la franja que se conocía como Bosque de los descendientes de Fiachrach.
Atracciones históricas de la Villa de Kinvara

Un castillo y una isla en Villa Kinvara
El poblado fue creciendo alrededor de la Casa-Torre de Ó hEidhin, entre el muelle principal y la Iglesia de Saint Comam, que al igual que la Casa-Torre hoy en día está en ruinas. La iglesia había sido construida en el siglo XIII. Sí continúa en pie el Castillo de Dunguaire, al este de la villa, que fue erigido en el siglo XVI. Cada año se celebran en la ciudad dos importantes festivales, uno es el Festival del Cucú, de música irlandesa y el otro es el conocido como la Reunión de los Barcos, en pleno verano, a mediados del mes de agosto.

Frente a ella, al este de la bahía, se halla la pequeña Isla Eddy, distante sólo siete kilómetros. En sí la isla está formada por tres islotes bajos que se interconectan y están flanqueados por varios istmos y elevaciones compuestas por guijarros. Al sudeste, justamente, varias de ellas se combinan para formar una laguna y hacia el este sucede otro tanto. Ese tipo de lagunas son conocidas localmente como malluirs y se las denomina Malluir Norte y Malluir Sur, respectivamente. Una gran lengua de arena se halla entre la isla y la costa; la misma permite, cuando hay fuertes bajadas de marea, llegar caminando hasta tierra firme.
La historia revivida de la Villa de Kinvara
En la actualidad la Isla Eddy está deshabitada, pero pueden verse en la parte este de ella las ruinas de un poblado que contaba con 36 viviendas distribuidas sobre siete parcelas. En 1574 se mencionaba que había en el lugar un castillo y de él sobrevive parte de la mampostería de una muralla; no se sabe a ciencia cierta cuando fue destruido, pero en la década de 1760 aún se lo nombraba.
Hay también restos de un cementerio de niños en el que aún queda en pie una lápida en memoria de la pequeña Eliza Murphy que muriera en el año 1827, a los 17 meses de edad; dato que sirvió para escribir un importante artículo sobre la historia del lugar en 2010, en la Gaceta de Historia y Arqueología.

Quedaron también en la isla unas quince embarcaciones en Malluir Norte, con cuatro muelles, numerosos puestos de amarre y una serie de depósitos de lastre. En Malluir Sur llama la atención una serie de piedras (bloques rectangulares de arcilla) numeradas, cuyo significado aún se desconoce. Caballos y ovejas pastan libremente por las praderas de la isla; en las costas hay numerosas nutrias y en el interior saltan con despreocupación los conejos. Una región bella e interesante de Irlanda con mucho aún por descubrir.
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