La tecnología puede ser un salto al pasado a épocas que se creían superadas. No es una referencia al salto para conocer mejor el pasado. Ese que ha visto a la biología, arqueología, paleontología, astronomía y a todas las ciencias beneficiarse de las nuevas tecnologías para aportar conocimientos a la humanidad como nunca antes. La referencia es a la música y en menor medida al cine.
Así es como la tecnología también nos regresa al pasado
Por:Univision
La era en la que las presentaciones eran solo en vivo
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Los cantantes y músicos sobrevivieron por milenios poniendo a vibrar sus cuerdas vocales o sacándole sonidos a sus instrumentos. Una obligación diaria para ganar el pan. Antes del invento del cinematógrafo, hace apenas poco más de cien años, solo se podía ganar la vida como actor actuando en vivo.
La mayoría de los grandes músicos del siglo XIX hacia atrás, vivió de la generosidad de un mecenas. Es como si hoy un millonario tuviera que encargarse de la manutención de Jennifer López para que no muera en la indigencia. Beethoven fue el primer gran compositor que se ganó la vida con la publicación de su producción musical.
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El primer sonido grabado fue una canción
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La primera grabación de la historia fue una canción francesa llamada Au Clair de la Lune que el inventor Édouard-Léon Scott de Martinville logró poner en 1860 en un aparato de nombre fonoautógrafo, precursor del fonógrafo de Edison. Veinte años antes había muerto Paganini, a quien muchos aún consideran el mejor violinista de la historia, sin tener manera de probarlo porque no fue grabado.
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La época de oro del disco
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La época de oro de los cantantes fue la del vinilo. Era difícil piratear un LP. Para escuchar música sin pagarle su comisión al cantante, había que conformarse con la engorrosa cinta de grabación, que se enredaba en los cabezales de los reproductores. Fue una época aprovechada a plenitud por The Beatles y en menor medida por Michael Jackson. En Latinoamérica, Leo Dan, Leonardo Favio, Roberto Carlos.
Los cantantes se hicieron millonarios vendiendo discos y solo hacían presentaciones en público para que la gente supiera que eran seres de carne y hueso. La mayoría solo se presentaba en los programas televisivos.
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Y la tecnología envió todo al pasado
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Primero el CD, fácil de piratear; después internet. La música sucumbió. El cine resiste. La calidad sonora de una pieza musical bajada gratis de internet es igual a la de una comprada. Estas reflexiones llegan al ver a Ricardo Arjona entusiasmar a centenares de miles de fans en presentaciones en vivo.
Lo más seguro es que no tiene más remedio. Igual que los músicos del pasado y gracias a la tecnología.
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