El 12 de septiembre de 1940, cuatro adolescentes caminaban por territorio francés de Dordoña. Alumbrados por la luz tenue de sus lámparas, entraron a una abertura terrestre, donde encontraron impresionantes obras de arte pintadas a las paredes, representando escenas de caza y manos en negativo. Habían hallado la cueva de Lascaux.
Arte rupestre en la Cueva de Lascaux

Este lugar es un paradigmático sitio arqueológico donde se encuentran pinturas rupestres de entre 15.000 y 25.000 años de antigüedad, lo cual las vuelve un paradigma en arte rupestre.
Este arte fue extinguiéndose hacia fines del paleolítico superior, y ya para el mesolítico el arte rupestre no existía. Numerosas explicaciones de sus porqués se han planteado a nivel teórico, desde aquellas que apuntan a este arte como utilitario para la caza, hasta aquellas que lo identifican como una suerte de ritual. Aún no es claro para qué servía, pero sí puede visitarse y contemplar su magnificencia.
Lamentablemente, hacia el año 1963 la cueva fue clausurada para la visita, puesto que las numerosas personas que la visitaban emanaban un alto nivel de dióxido de carbono al respirar, dañando así las pinturas, por lo cual el gobierno francés decidió clausurar la cueva para las visitas.
Sin embargo no hay de qué preocuparse. En los ochenta fue inaugurada la cueva de Lascaux II, un facsímil de la cueva original semienterrado a unos 200 metros de la primer cueva. Aquí pueden conocerse las pinturas en su forma original, aunque claro, no en forma bruta.
Para visitar esta cueva existen visitas guiadas coordinadas que deben arreglarse por teléfono. Durante la temporada alta está abierta todos los días, y en la temporada baja cierra sólo los lunes. Cuando no puede visitarse es durante las vacaciones, puesto que en este período (principios de enero hasta principios de febrero) los empleados de la cueva no trabajan.
Más información: Gobierno Francés







