Ante la preocupante frecuencia de masacres y tiroteos en Estados Unidos, se pueden formular preguntas alrededor de estos 6 puntos importantes

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El reciente tiroteo de San Bernardino, California donde 14 personas perdieron sus vidas (y una veintena más resultó herida) aún está siendo investigado, principalmente, porque los motivos de la pareja atacante son muy poco claros. El F.B.I. informa que contaban con un arsenal para ocasionar daño a gran escala, desde munición a bombas caseras, por lo que se vuelve imperioso determinar si actuaron por cuenta propia y con qué tipo de motivación.

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Sin embargo, el debate acerca de este tipo de tragedias precede al caso de San Bernardino, en donde además había implicaciones personales (algo característico de estas masacres): uno de los asaltantes participaba en un evento empresarial, se retiró y luego volvió con su mujer y disparó al resto de los participantes. De vuelta, sus motivos permanecen sin esclarecerse.

Es el incidente más trágico en tres años (desde la masacre en la escuela de Sandy Hook en Connecticut donde murieron 20 niños y 6 adultos) y deja a la sociedad norteamericana (y quizás al resto del mundo que recibe la noticia) preguntándose ¿esto no está sucediendo con demasiada frecuencia? ¿Cómo se puede intentar explicar algo así? Las estadísticas, en particular el estudio que realizó el profesor Adam Lankford de la Universidad de Alabama y que presentó a la American Sociological Association, demuestran que en Estados Unidos se cometieron un tercio de todos los crímenes llamados mass shootings del mundo y según investigadores de Harvard, la frecuencia de estas masacres se ha triplicado desde el 2011. En otras palabras, son el país en donde más suceden, a un ritmo aterrador de un incidente cada 64 días.

El presidente Obama expresó su frustración y dejó claro que este es un problema que otros países desarrollados no tienen. Es un tipo de violencia que se caracteriza por individuos aislados, a lo sumo dos personas, que no forman parte de ningún movimiento ideológico y que disparan contra otros individuos en espacios públicos o confinados, por lo general en lugares de trabajo o estudio. Si bien son actos que en su ejecución pueden parecer similares a un ataque terrorista, hay una carencia de objetivos políticos, y además se los suele separar de la violencia que generan las pandillas y la violencia doméstica

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A continuación, te presentamos un resumen de distintos factores y cuestionantes que en su mayoría surgen del análisis cultural e histórico, que no son exclusivos de la sociedad norteamericana pero que encuentren en ella un fuerte exponente, y que al sumarse intentan comprender el fenómeno (aunque jamás lo justifican ni llegan a una última causa).

1. La gran disponibilidad de armas

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Este suele ser el factor más culpado y en el que la administración de Obama suele insistir a la hora de hacer cambios legislativos. El número de armas de fuego en Estados Unidos es casi igual al número de habitantes y un tercio de los hogares cuenta con una. Además, se considera que se puede acceder con mucha facilidad a comprar un arma y que, a pesar de que hay requisitos y límites para su comercialización, no son lo suficientemente restrictivos. Muchos expertos relacionan la cantidad de armas que posee una sociedad con su propensión a usarlas.

2. La posibilidad de adquirir notoriedad

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Algunos teóricos han apuntado a que vivimos en sociedades obsesionadas con la fama y que cometer una atrocidad como estas es una forma de adquirir ese estatus, una manera de inmortalizarse, ser recordado, generar atención y que el mundo pase a hablar de nosotros.

3. Esclavos del éxito y el efecto contagio

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Pasamos gran parte de nuestra vida tratando de "lograr algo" y "ser mejores que los demás" muchas veces, a cualquier costo. La competitividad genera frustración, incluso un cierto sentido de irrealidad (¿cuánto es suficiente?). Algunos de estos criminales demostraron admiración por quienes cometieron atentados similares antes que ellos y se considera que la violencia es, de cierta forma, "contagiosa". 

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4. El siempre frustrante sueño americano

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Las sociedades de consumo valoran la acumulación, pero sobre todo, la capacidad para adueñarnos, tener o poseer, muchas a veces a una escala que parece no tener límites. Cumplimos el sueño cuando podemos ejecutar nuestros planes, modificar el mundo, e incluso más, transformanos en alguien que ahora tiene "valor". Es decir, a través del ejercicio del poder.

5. Enfermedad mental, individuos alienados, orgullo personal

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Algunos tiroteos en centros educativos fueron realizados por individuos que sentían que se estaban "defendiendo" de un mundo adverso que no los contemplaba. Por otro lado, algunos aseveran que la tecnología nos ha "deshumanizado" y ya no distinguimos, en nuestra voracidad, entre consumo material y el valor de la vida humana.

6. Una historia de violencia y control alrededor del tema de la libertad

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Las sociedades más desarrolladas no viven guerras en sus propios territorios pero son especialmente susceptibles a la vigilancia: vivir con miedo, convivir con un potencial enemigo. ¿Cuánto conoces realmente a tu vecino? es la premisa del crimen que se desarrolla en los lugares más impensados.

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