Algunas personas que alquilan una habitación de hotel piensan que acaban de comprar el establecimiento y piden cosas de lo más extravagantes.
Algunas de las cosas más peculiares que huéspedes han solicitado en hoteles

1. Servicio exprés de ropa
A un millonario le gusto tanto la vestimenta de un recepcionista del hotel W Hollywood, que le dio 2000 dólares en efectivo para que le comprara un traje similar. El empleado tuvo que comunicarse con los dueños de la tienda para que abrieran, ya que el pedido del extravagante magnate fue realizado un viernes en altas horas de la noche.
2. Incubadora de huevos
Los recepcionistas del Fairmont Copley Plaza de Boston tuvieron serios inconvenientes para cumplir la solicitud de un huésped, que pedía de favor que subieran a su habitación nada menos que una incubadora de huevos de avestruz.
3. Bañera de dulces

Las celebridades pretender hacer lo que les venga en gana, siempre que el dinero se lo permita. El conserje Hugo Gran relató que una celebridad a la que prefirió no identificar, pidió que se llenara la bañera de su habitación con caramelos de goma. Varias tiendas de dulces en Montreal quedaron sin existencias para cumplir la exigencia.
4. Celebridad obligada
Generalmente a las celebridades les encanta la privacidad e incluso prefieren pasar desapercibidas. Sin embargo, en el Hotel Tides Inn de Irvington, Virginia, los recepcionistas recibieron indicaciones de lo más inusuales para atender a una estrella no identificada. A los empleados se les ordenó pedir autógrafos, tomarse fotos y entablar conversación con la vedette.
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5. Boda canina
Un huésped del Hotel Beverly Hills pago 15 000 dólares para celebrar la boda de dos perros de raza collie. El paquete incluía una pequeña iglesia, trajes para novios, renta del salón nupcial y una suite.
6. Flores en Nochevieja
Un rey sin identificar pasaba la Navidad instalado en el Rosewood Mansion en Dallas, Texas. El monarca notificó a la recepción que necesitaba un imponente arreglo de flores para el recibimiento de cierta princesa, cuando ya casi todas las floristerías estaban cerradas. La recepcionista Mary Stamm logró comprar el inventario de una tienda de flores y un diseñador privado hizo el arreglo.
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7. Salsa Barbacoa
Un millonario pidió a Burak Ipecki, recepcionista de un hotel en New York, que le consiguiera una salsa de barbacoa de una determinada marca, petición inusual pero no difícil de cumplir. El detalle estaba en que el ricachón quería que la salsa fuera enviada a su mansión de playa, ubicada en una isla del Caribe. El hombre iba a dar una importante fiesta en unos días y deseaba contar con su salsa favorita.







