El parto humanizado está ganando cada vez más terreno a lo largo del mundo. El problema es que en Afganistán ni siquiera cabe la posibilidad de tener un parto seguro, mucho menos será humanizado. Mientras el planeta entero avanza en materia de derechos de salud sexual y reproductivos, Afganistán se encuentra a años luz de darles a las mujeres las mínimas condiciones para que den a luz sin morir en el intento. 4300 mujeres mueren al año por complicaciones en el embarazo. En Australia, por ejemplo, la cifra anual es de 19 mujeres. Además, se estima que hay 396 muertes maternas cada 100.000 nacimientos. Mientras que en Australia, para seguir con la comparación, mueren 6 madres cada 100.000 nacimientos.
Afganistán es el país más peligroso para dar a luz. ¿Por qué sucede esto?

La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) ha puesto todo su empeño para mejorar esta situación. Desde MSF se cree que dar a luz saludablemente es un derecho de toda mujer y en Afganistán no se está cumpliendo. Su principal objetivo es reducir la mortalidad y la morbilidad de las madres y los recién nacidos a través de una “mejor atención de la salud materna y neonatal de manera gratuita y de alta calidad en cuatro hospitales en Afganistán”, según se explicó en su portal.
Ausencia de asistencia

- Dos de cada tres partos ocurren en el hogar sin partera ni ningún profesional médico que pueda controlar ante cualquier problema. ¿Por qué sucede esto? Antes que nada, las mujeres afganas no tienen acceso a la educación y eso hace que haya poco personal femenino capacitado en embarazos y partos.
- Quizá te preguntes -ante tan lamentable situación-, ¿y eso qué tiene que ver? Pues bien… muchas familias de este país solo permiten que las mujeres tengan atención médica femenina. Y como no hay mujeres médicas entonces no se atienden…
- Además, no hay noción de qué puede implicar un riesgo o no para el embarazo, para el bebé o para la madre. Y no solo eso, en el caso de que una mujer sienta que necesita atención médica, no es ella quien lo decide sino que es su esposo o quien esté “a su cargo”.
- A todo esto se suma la concepción de que una mujer debe tener muchos hijos. Las mujeres de Afganistán se casan jóvenes y si sobreviven a los partos, siguen teniendo hijos hasta edades avanzadas. Cuanto mayor sea la edad, más problemas en el parto tendrá esa mujer.
- La lista sigue: la falta de educación también puede jugar una mala pasada cuando se trata del conocimiento del cuerpo y del embarazo. Dos embarazos muy cercanos en el tiempo pueden ser sumamente riesgosos tanto para la madre como el bebé, pero eso no se sabe en Afganistán.
Un derecho necesario

Las mujeres deberíamos poder gozar de un parto humanizado. Pero en Afganistán eso parece algo muy muy lejano. Es por eso que MDF se ha encargado de mejorar la situación para que las mujeres puedan gozar de un derecho tan básico como es la atención médica durante el embarazo y el parto. Es el primer paso, pero es un enorme avance en este país.






