9 lecciones de vida que puede darte viajar por el mundo

Algunas personas simplemente no podemos quedarnos quietas. Cada vez que pasamos mucho tiempo en la rutina sentimos la necesidad de tomar nuestro bolso y salir a recorrer nuevos lugares. El mundo es tan grande que es difícil aburrirse. Quizás no todo el mundo entienda ese afán por vivir entre desconocidos y estar fuera de casa, pero lo cierto es que es una sensación única. En honor a todos esos nómadas que andan por el mundo, es que te traigo estas lecciones de vida aprendidas de los viajes.

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Aprender un idioma no es tan difícil

La fuerza de voluntad y el contacto con personas de diferentes nacionalidades son mejores maestros que cualquier libro. Es cuestión de sentarse un rato con un amigo extranjero y tu perspectiva de los idiomas cambiará totalmente. Claro que en el medio es necesario usar un poco de comunicación no verbal, gestos, etc.

Aprendemos a desarrollar el lado sociable

A veces somos tímidos, nos cuesta relacionarnos o hacer amigos, pero seguro que viajar mejorará esa parte de nuestra vida. Conocer personas diferentes todo el tiempo, adaptarse a nuevas costumbres, son formas de socializar y ver que las diferencias son también puntos de encuentro.

Es una gran manera de hacer amigos

Atado a lo anterior, viajar es una buena forma de hacer amigos. La convivencia y toma de decisiones ayuda a unir a las personas. Aún cuando sean de lugares completamente diferentes, es posible generar lazos de amistad.

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Pero es necesario despegarse un poco de los demás

Viajar muy seguido puede llevar a que no existan relaciones a largo plazo, a menos que viajes constantemente con tu pareja, lo cual también es una opción. Si te enamoras de alguien en el camino es probable que no terminen juntos. Lo mejor es que disfruten la relación, sabiendo que deberán despedirse. Es el cambio de rutina constante que implica vivir en varios lugares.

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Hay que intentar cosas nuevas

A veces parece que una comida no nos gustará, pero es mejor probarla para saberlo. Estando de viaje vas a encontrarte con muchas posibilidades culinarias, aunque también de alojamiento o actividades. Siempre es bueno tener la mente abierta.

A veces hay que dejar los planes de lado

Cuando salimos de viaje parece buena idea hacer un itinerario detallado, pero una vez estamos allá tenemos que romper con esos planes. Es que en cuanto conocemos nuevas personas o nos enteramos de un nuevo lugar, está bien dejar de lado lo planeado y tomar el camino de lo desconocido. ¡Algunas de las mejores cosas suceden de improviso!

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Se aprende mucho sobre diferentes realidades

Tu ciudad no es lo único que existe, hay todo un mundo lleno de diferentes pueblos y culturas, que hacen cosas totalmente diferentes a las que estás acostumbrado. Viajar te ayuda a que sepas que hay más y que no todo lo que conocemos representa la realidad en su totalidad. En el mundo hay diferentes formas de vivir y diferentes actitudes ante ellas.

Es una gran forma de aprender historia

Todos los lugares tienen monumentos, edificios antiguos y personas dispuestas a contar un relato. Aunque no haya sido tu asignatura preferida en la secundaria, seguro con un viaje aprenderás mucho de historia y geografía. Las ciudades tienen un pasado que puede descubrirse prestando atención.

Salir de la zona de confort

A veces nos apegamos a lo conocido simplemente porque nos parece más seguro, pero viajar ampliará nuestras ganas de tomar otros caminos. Saldremos de la zona de confort para adentrarnos en nuevas aventuras. ¡Viajar es una forma de descubrirnos a nosotros mismos!

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