Si te molesta escuchar hablar de apropiación cultural o si no sabes de qué va el concepto, esta modesta introducción a la temática es para ti.
7 puntos para entender el debate sobre Halloween y apropiación cultural (para dejar de hablar sin saber)

#1 ¿Qué es la apropiación cultural?
"Qué va, es muy cool, no es como si tus ancestros los hubieran matados a todos o algo así".
La apropiación cultural ocurre cuando "miembros de una cultura dominante toman elementos de una cultura cuyos miembros han sido sistemáticamente oprimidos por el grupo dominante en cuestión".
#2 ¿Qué NO es la apropiación cultural?
Muchas veces se defiende la apropiación, tildándola de mero "intercambio cultural". Pero el intercambio ocurre cuando el hecho de compartir un elemento cultural es mutuo, es decir, cuando no hay un desequilibro en la relación de poder entre ambas partes.
Cuando personas de una cultura marginada adoptan elementos culturales de una cultura dominante, tampoco podemos hablar de apropiación, puesto que el dominado hace esto para sobrevivir o para ser respetado y aceptado (puesto que la cultura dominante es la respetada). La dinámica de poder no es la misma, y eso importa. Veamos por qué.
#3 "Pero, ¿qué importan las diferencias? Somos todos iguales, yo no veo el color."
"Cuando ellos lo hacen es opresivo y retrógrado, pero cuando yo lo hago es cool y exótico".
Decir que "todos somos iguales" es hermoso y digno de un mundo habitado solamente por Ositos Cariñositos. Pero en el mundo real, no tiene mucho sentido.
En la imagen: NO la realidad.
Sí, todos somos iguales biológicamente. Las "razas" no existen (sí existe LA raza, como matriz social que nos ubica en una identidad). Todos somos iguales frente a la ley. Bueno, eso ya es una mentira, por ejemplo: no todos podemos casarnos con quien queremos. Pero, en beneficio del argumento, digamos que todos somos iguales frente a la ley. Eso no significa que todos seamos iguales en la experiencia real (del papel a la realidad hay una enorme diferencia, como ya sabemos). En Estados Unidos, en Europa, en cualquier país de América Latina, existen y persisten discriminaciones que determinan que no todas las personas acceden a las oportunidades de la misma manera.
Nos referimos a esto como racismo institucional, ya que el racismo está embebido en la manera en que las instituciones funcionan. Dicho de otro modo, no se trata de relaciones individuales. Nada tiene que ver con decir "yo no soy racista" (¡felicitaciones!) ni con que en la escuela nos enseñen que "está muy mal discriminar". Por más que así sea, por más que, a esta altura, todos sepamos que "el racismo está mal", el racismo como lectura que hacemos del cuerpo de una persona, y que nos lleva a sacar conclusiones sobre ésta sin siquiera conocerla, sigue anclado en la manera en que nos relacionamos, y en la manera en que las instituciones (juzgados, escuelas, bancos, mercado del trabajo) funcionan.
La realidad es que política, social, económica y culturalmente, no somos todos iguales, y nuestras identidades (reales o percibidas) juegan un rol muy importante en el acceso que tenemos a la justicia, a una buena educación, a un préstamo de banco o al respeto hacia nuestras costumbres (cuando éstas difieren de las de "la mayoría").
#4 "¿Por qué les molesta tanto? ¡Es solo un disfraz!": Molesta porque existen dinámicas de poder entre las culturas
¿A qué nos lleva esto? A considerar que, a pesar de que nos gusta repetir el cuento de que todos somos iguales, en la realidad existen relaciones y estructuras de poder entre las personas... y entre las culturas. Algunas culturas son más respetadas que otras. Algunas culturas se fundaron en el exterminio y la colonización de otras. Y esos vínculos siguen existiendo hoy, ya que cientos de años de esclavitud y colonialismo no se borran con un simple "todos somos iguales". Cientos de años de desprecio y alienación (hacer que personas de una cultura en particular sientan y crean que su propia cultura es inferior) no se borran con un simple "el racismo está muy mal, chicos".
#5 "Si me disfrazo de "indio" es ofensivo pero si me disfrazo de "francés" no. Eso implica una doble moral. ¡Hipocresía!".
El día que el 90% de la población francesa haya sido exterminada y masacrada en un genocidio, y su población restante haya sido esclavizada sistemáticamente durante cientos de años, y luego subordinada y despreciada al punto que decir "hablas como un francés" y "eres un francés" sea un insulto, ese día, disfrazarse con una boina y baguette será tan ofensivo como ponerse plumas y y pintarse la cara.
En lugar de eso, Francia supo ser un imperio cuya riqueza actual se construyó a base de esclavizar, colonizar, masacrar, violar y saquear culturas enteras. Hablar francés es percibido como algo "culto" y "refinado". "Hablar como indio" es un insulto. Difícilmente podamos considerar que la cultura francesa y los pueblos indígenas de América tienen el mismo peso político y económico, o el mismo poder en relación a su representación. Así que no nos hagamos los inocentes.
#6 "¡Es solo un disfraz! ¡Es Halloween! ¡Alégrate!"
Primero, tener una visión crítica del mundo y ser alegre no se excluyen mutuamente. Segundo, si me disfrazo de tu madre enferma de cáncer seguro que no te resultará gracioso, pero hey, alégrate, es Halloween.
Tal vez se trate sólo de un disfraz, pero el disfraz es síntoma de las discriminaciones y reducciones simplistas que abordamos en la primera parte. ¿Quieres ponerte el disfraz? Hazlo. Pero que te quede claro que quedas como un energúmeno que no está consciente del hecho de que algunas poblaciones y culturas fueron y son marginadas y despreciadas para que luego tú te sintieras cool disfrazándote de ellas. Pero por favor, ponte el disfraz. ¡Diviértete! Eres libre.
#7 Esto es una conversación, no un postulado
Lo que hemos explayado son reflexiones y cuestionamientos. No son ni códigos de conducta ni reglas que determinarán tu muerte si no las aplicas. Como dijimos, eres libre, así que por favor, nada de declararse víctima de una supuesta dictadura de las minorías. No existe un manual de cómo-disfrazarse-sin-ofender-a-nadie (aunque, de vuelta, no se trata tanto de "ofender" como sí se trata de perpetuar ideas negativas y/o reduccionistas sobre una cultura que ya ha sido marginada). Pero sí es importante, al menos, cuestionar lo que hacemos cuando elegimos un disfraz para celebrar Halloween, y pensar la relación que tenemos con él.






