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7 insólitos métodos de adivinación de la antigüedad que tienes que conocer

Publicado 13 Feb 2017 – 10:30 AM EST | Actualizado 14 Mar 2018 – 09:48 AM EDT
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El ser humano siempre ha querido conocer el futuro, recurriendo a los métodos más asombrosos.

1. Perlas

En la antigüedad, una perla tenía el encanto sobrenatural de ser la única gema producida por un ser vivo. Las ostras perleras eran puestas a calentar en una olla mientras se iban leyendo en voz alta los nombres de los sospechosos de un robo. Si tu nombre era pronunciado en el momento en el que las conchas se abrían, eras culpable, incluso si la perla brillaba por su ausencia.

2. Pan

La alfiltomancia era la adivinación por la harina. Se hacía comer pan de cebada a un sospechoso y si tenía mala digestión, era culpable. Era también una forma relativamente fácil de culpar a alguien. Se le daba pan envenenado o en mal estado a quien se quisiera condenar.

3. Estómago

Las personas con mala digestión podían tener problemas en la Europa de la Edad Media. Un excesivo ruido de tripas significaba que el propio vientre de una persona la estaba acusando de haber cometido un delito.

4. Popo

La más desagradable de las artes adivinatorias de la antigüedad era la interpretación del aspecto de la caca. No satisfechos con eso, algunos la removían para estudiar el comportamiento de los escarabajos del estiércol.

5. Ratones

Los ratones y las ratas eran símbolos de calamidades y desgracias en varios pueblos de la antigüedad por los desastres que causaban en los almacenes de granos. De allí parece haberse originado la miomancia, la adivinación por la interpretación de los movimientos y los chillidos de los ratones en un espacio confinado.

6. Metal fundido

La molibdomancia se originó en la Antigua Grecia y de allí paso a Roma y al resto de Europa. Consistía en pronosticar el futuro por los ruidos emitidos por el plomo o el estaño al fundirse, y luego por las marcas dejadas al endurecerse. Es una tradición de año nuevo para los finlandeses, quienes ponen un trocito de estaño en la llama de una vela para ver qué les deparará el año que comienza.

7. Pollos

El cónsul y comandante romano Publio Claudio Pulcher cayó en desgracia por no aceptar el pronóstico de los pollos adivinadores. Antes de una batalla de la Primera Guerra Púnica, los pollos fueron preguntados si los romanos vencerían y respondieron que no, negándose a comer. Pulcher hizo ahogar a las aves diciendo «¡Si no quieren comer, que beban!». Sufrió una desastrosa derrota, tras la cual fue juzgado por sacrilegio y enviado al exilio.

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