No es ninguna novedad que las mujeres son menos escuchadas y valoradas que los hombres, principalmente en el ámbito laboral. Actualmente, la constante lucha de los feminismos por los derechos de las personas ha logrado grandes cambios, pero todavía falta mucho.
7 increíbles mujeres en la historia que se hicieron pasar por hombres para ser escuchadas

Sin embargo, desde el siglo VIII hasta la actualidad, algunas mujeres optaron por hacerse pasar por hombres o adoptar un sobrenombre indeterminado en cuanto a género para triunfar en sus objetivos en una sociedad cegada por el machismo y el patriarcado.
A continuación te mostramos algunas mujeres que se hicieron pasar por hombres con el único objetivo de lograr sus cometidos. Curiosamente, no encontré casos en que fuera al revés, un hombre haciéndose pasar por una mujer para lograr sus objetivos. Bastante triste, ¿no crees?
7. La monje Marina

En el siglo 8, Marina quería ser parte de un monasterio junto a su padre y como la entrada de mujeres no era permitida, se disfrazó de hombre.
Una vez dentro, se convirtió en monje con el nombre de Marinus. Fue acusada de ser el padre de un bebé, lo cuál evidentemente era falso. Sin embargo, Marina nunca se defendió frente a semejante crimen, aceptó la pena de ser expulsada del monasterio y vivió el resto de su vida criando al niño. No reveló su identidad hasta su muerte.
6. Juana de Arco

Juana de Arco era una campesina francesa en la época medieval. Tras escuchar voces de santos que le pidieron liderar la armada francesa en la guerra contra Inglaterra, decidió disfrazarse de hombre para lograrlo.
Sin ningún entrenamiento militar, logró convencer al príncipe Charles de Valois que la conceda el honor de liderar al ejercito francés a la ciudad de Orléans, dónde alcanzaron una victoria momentánea contra el ejército de Inglaterra. Así, luchó en la guerra de los 100 años y murió en 1431, con apenas 19 años, cuando la quemaron en una hoguera tras caer captiva de los burgundios por ser considerada una bruja, una hereje y por vestir ropa de hombre.
Hoy es considerada una heroína y una de las santas más importantes, se volvió un símbolo de la unidad y el nacionalismo de Francia.
5. Elisa Bernerström

Elisa Bernerström se disfrazó de hombre para luchar en la armada Sueca en la guerra finlandesa. Eventualmente, descubrieron su sexo biológico y fue de todos modos alabada por su valentía en el campo de batalla.
4. Malinda Blalock
Malinda Blalock, #nc native who fought in #civilwar, disguised as man. Fought on both sides w/husband. pic.twitter.com/EM3zqKLHjB
— Retro Charlotte (@ObserverArchive) September 16, 2014
Malinda Blalock se disfrazó de hombre para luchar en la guerra Civil Americana (guerra de Secesión). Su esposo se unió a la división 26 de Carolina del Norte y ella decidió seguirlo hasta el campo de batalla, bajo el seudónimo Samuel Blalock.
3. Charlotte Brontë

La novelista y autora de Jane Eyre usó un suedónimo neutro, Currer Bell, para publicar sus primeros trabajos. Más tarde, Brontë escribió que decidió utilizar un nombre « masculino y positivo» ya que las escritoras femeninas solían ser miradas con prejuicio. Ella quería que su escritura sea juzgada por su contenido, no por el género de su autora.
2. Rena Kanokogi
Rena Kanokogi - The Trailblazer for Women's Judo - Read all about it here: http://t.co/9Kutkc3gNl pic.twitter.com/Jf5tPeExVm
— USA Judo (@USAJudo) September 20, 2015
En 1959, Rena Kanokogi se disfrazó de hombre para entrar a un torneo de judo en Nueva York. Tras ganar el torneo, fue forzada a devolver su medalla cuando se dieron cuenta de que era una mujer.
A pesar de esto, Kanokogi nunca se rindió, siguió su entrenamiento en Japón y fue la primera mujer en entrenar junto con hombres en el instituto Kodokan en Tokio y fundó el primer campeonato mundial de judo femenino.
1. J. K. Rowling

Joanne Rowling utilizó el seudónimo conocido a nivel mundial, J. K. Rowling, porque hacía menos evidente su género. Su publicista quería que Harry Potter tuviera un público target de hombres jóvenes y por eso la autora decidió acudir al seudónimo.
Estas mujeres llegaron lejos y no fue la consecuencia de hacerse pasar por hombres, sino gracias a sus propias virtudes que lo lograron. El disfraz es exclusivamente para los ojos de la sociedad.
Esperemos que en un futuro nunca tengamos que volvernos a disfrazar para ser respetadas, para hacer lo que realmente queremos, para sentirnos más como nosotras mismas.
¿Qué te pareció este artículo? ¿Conocías las historias de estas increíbles mujeres?
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