7 extrañas pero increíbles partes del cuerpo de algunos animales que suelen pasar desapercibidas

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Incluso animales muy conocidos cuentan con partes en su anatomía que casi nunca notamos ni sabemos cómo funcionan.

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1. La sierra de los gansos

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Los gansos son retratados como animales inofensivos, pero es mejor que no hagas irritar a uno. La mayoría de las aves no tiene dientes verdaderos, pero algunas, incluyendo los gansos, desarrollaron unos bordes aserrados en sus picos e incluso en sus lenguas. Con esta herramienta son capaces de arrancar la piel de casi cualquier cosa.

2. La lengua delantera de la rana

Los sapos y las ranas tienen la lengua anclada en la parte delantera de la boca y no en la parte posterior. Desde allí, la lanzan más fácilmente a la velocidad del rayo para atrapar a sus presas.

3. Los ojos en la espalda de las garrapatas

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Como todos los arácnidos, las garrapatas tienen la «cabeza» y el «tórax» combinados en un solo órgano, con los ojos como mirando hacia arriba, situados casi entre el segundo y el tercer par de piernas. La pequeña perilla de la parte frontal solo tiene las piezas bucales.

4. Los senos de las elefantas

Generalmente apreciamos la trompa y los colmillos de las elefantas y su formidable tamaño, pero muy poco los senos. Son un par de tetas muy parecidas a las humanas y permiten a las madres amamantar a los elefantitos incluso en posición casi vertical.

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5. La falta de dientes superiores de los cachalotes

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Los cachalotes a veces son dibujados como temibles depredadores capaces de destrozar cualquier cosa con su dentadura. Nada más lejos de la realidad. Los cachalotes solo tienen dientes en la mandíbula inferior, los cuales utilizan para enganchar a los calamares, que constituyen su principal alimento, a los que tragan sin masticarlos.

6. Las 4 fosas nasales de los peces

Los humanos, aves, reptiles y anfibios tienen dos fosas nasales, aunque cada una de estas después se ramifica en dos conjuntos de canales internos. Los peces en cambio tienen 4 fosas nasales separadas y diferenciadas.

7. La «maquinilla de afeitar» de los caracoles

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Las babosas y los caracoles no tienen mandíbulas y no pueden morder o masticar, lo que no significa que carezcan de dientes. Los dientes de estos animales están dispuestos en centenares de filas a lo largo de un músculo llamado rádula. Funciona de manera similar a una maquinilla de afeitar de varias hojas, «afeitando» una fina capa de alimentos en cada pasada.