Gulags (campos de concentración soviéticos) de la URSS.
7 brutalidades en los campos de exterminio siberianos durante las eras del Zar y la URSS


En el siglo XVI, el imperio ruso ya enviaba a Siberia a los delincuentes capitales. La tradición zarista fue continuada por el Comunismo, que aprovechó para poblar los campos de exterminio del inhóspito territorio, los famosos gulags, con sus enemigos políticos.
1. La aterradora prisión de Tomsk

En «condiciones normales», la horrenda prisión siberiana de Tomsk era para 765 presos, disponiendo cada uno de 0,1 metros cúbicos. Generalmente había más de 1300 reclusos hacinados y los afectados de fiebre tifoidea y otras enfermedades convivían con el resto. Hacia el final del siglo XX, cada año moría hasta cerca de la mitad de la población carcelaria.
2. Canibalismo

En 1894 se conoció que en la extremadamente cruel prisión de la isla de Sakhalin los presos practicaban el canibalismo porque no recibían alimentos.
3. Bolas y Cadenas

Los trabajadores en las minas siberianas debían bajar a las profundidades con sus pesadas bolas y cadenas por 10 horas diarias, durante las cuales tenían derecho a 4 pausas para subir a la superficie y secarse un poco. También llevaban las bolas y cadenas cuando se acostaban y el ruido producido por cualquier movimiento no los dejaba dormir.
4. Sin ningún contacto exterior

Los prisioneros siberianos no tenían ningún tipo de contacto ni de información del mundo exterior. Ni siquiera tenían derecho a saber la hora y el día de la semana. La comida consistía en pan duro, cáscaras de soja y agua de col. Las raciones eran reducidas si el prisionero no alcanzaba la cuota de trabajo asignada.
5. Encadenado a una carretilla

Los castigos más insólitos estaban reservados para los prófugos que eran recapturados. Un fugado de Sakhalin fue obligado a arrastras una pesada carretilla durante un año, que no le quitaban ni para hacer sus necesidades ni para dormir.
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6. Matrimonios forzados

Por alguna razón, a los administradores de los gulags no les gustaban las mujeres solteras. Los hombres solteros estaban facultados para elegir esposa sin el consentimiento de la mujer.
7. Mutilaciones de identificación

El científico y explorador Ferdinand Ossendowski, quien pasó 10 años viajando por Siberia estudiando los minerales del vasto territorio, relató en un artículo de 1925 que en una ocasión se encontró con dos prófugos de un campo de trabajos forzados a los que contrató como ayudantes. Tenían muescas en las orejas y perforaciones en las fosas nasales, mutilaciones que les hacían a los presos para identificar más fácilmente a los fugados.
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