Películas, series de televisión, literatura, pintura... una de las virtudes del arte reside en la facilidad para hacernos transportarnos a ciertos lugares, especialmente aquellos ficticios cuya geografía onírica y contrastes apasionantes aún no han sido posibles de alcanzar en el mundo conocido (o quizás sí, no nos adelantemos).
6 lugares ficticios de la literatura que nos gustaría que existieran

Abrimos nuestro particular libro y te invitamos a surcar sus páginas viajando a estos 6 lugares de la literatura.
#1 Macondo (100 años de soledad)

El pueblo más famoso de la literatura latinoamericana es ficticio y, supuestamente, se sitúa en Colombia, país en el que Gabriel García Márquez ubica esa aldea de casas hechas de barro y caña brava situada al este de Riohacha y al oeste de la Ciénaga Grande, limitado por pantanos al sur y por barcos hundidos entre manglares que anuncian el Caribe colombiano algo más al norte.
En realidad, el pueblo se inspira en el lugar de infancia de Gabo, Aracataca, franqueado por unos árboles de nombre macondo y principal sede de una compañía bananera norteamericana a principio del siglo XX. Un pueblo al que los gitanos liderados por Melquiades llegaban cada año con un circo, los Buendía perpetuaban una prole de apasionante personajes y las pasiones suspiraban entre guerras, traiciones o las mismas fuerzas de la naturaleza.
#2 Ciudad Esmeralda (El mago de Oz)
Antes de que viésemos a Judy Garland surcando la senda de baldosas amarillas, el Mago de Oz fue uno de los volúmenes de la saga literaria escrita por L. Frank Baum en 1900. El lugar en torno el cual giraba toda la historia no era otro que Ciudad Esmeralda, una urbe de construcciones tan verdes y brillantes que sus habitantes se vieron obligados a lucir gafas para paliar tal esplendor.
Un tejado en forma de arco iris, una interpretación que se anticipaba al capitalismo del siglo XX y torres que apuntan a un cielo eterno componen uno de los escenarios más oníricos de la literatura.
#3 Rivendell (El señor de los anillos)
Antes que adentrarnos en los tenebrosos dominios de Sauron o el Bosque Negro descubierto más ampliamente en El hobbit, preferiríamos inclinarnos por escenarios más exóticos y acogedores como La Comarca o, en este caso, Rivendell, morada de los elfos de la Tierra Media que Tolkien dio vida en la saga de El señor de los anillos.
Un pueblo de casas mágicas y miradores majestuosos atrapado entre desfiladeros de los que brotan cascadas de ensueño. El escenario "real", si bien carece de habitantes de orejas puntiagudas y caracterizaciones propicios, se sitúa en el Parque Kaitoke, en Nueva Zelanda.
#4 Malgudi (Swami y sus amigos)
A unas horas de la ciudad de Madras y junto al ficticio río de Sarayu se encuentra el pueblo de Malgudi, escenario de numerosas novelas y cuentos del escritor hindú R.K. Narayán, uno de los primeros autores hindús en triunfar en la literatura inglesa.
De hecho, la idea de este pueblo imaginario surgió de las tensiones políticas entre Inglaterra y la India a finales del siglo XIX, convirtiéndose en escenario donde se suceden novelas como Swami y sus amigos o La habitación oscura, éxitos que detallan esa India sureña donde las familias disfrutaban de cintas de Bollywood en blanco y negro, las mujeres huían de sus casas buscando el consuelo en el río o los reparadores de paragüas gritaban cada mañana entre el bullicio del mercado.
#5 Hogwarts (Harry Potter)

Posiblemente, el lugar literario más idealizado por los niños y adolescentes de hace diez años. La saga de J.K. Rowling desarrolló un mundo totalmente paralelo al real, partiendo desde esa plataforma de 9 y 3/4 desde la que un tren conducía a jóvenes aprendices de mago a la Escuela de Hogwarts, un castillo a orillas de un lago entre cuyas torres vuelan brujan y el Profesor Dumbledore recibe a nuevos jóvenes deseosos por aprender a utilizar sus varitas mágicas.
El castillo, según muchos, se inspiró en el de Alnwick Castle, en el condado de Northumberland.
#6 Desembarco del Rey (Canción de hielo y fuego)
La saga de George R.R. Martin Canción de hielo y fuego (o Game of Thrones para los menos lectores) se ambienta en el antiguo mundo de Poniente, campo de batalla de los Siete Reinos enfrentados por el Trono de Hierro, pieza angular de Desembarco del Rey, ciudad sureña y capital del rey en la que barrios pobres como el Nido de Pulgas colinda con una residencia real de suntuosos jardines y amplios salones en los que penetra la brisa del mar. Otros lugares como la exótica Dorne o la mítica Hinvernalia también se cuelan entre los principales y más deseados escenarios de la fantasía medieval que ha revolucionado el mundo de las letras y una televisión que eligió Dubrovnik, en Croacia, como perfecto enclave real.
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Estos 6 escenarios ficticios de la literatura que nos gustaría que existieran componen algunas de las historias más apasionantes de la literatura de los últimos doscientos años. Lugares que no sólo sirven para sustentar las acciones de sus habitantes, sino que se han convertido en la perfecta representación de un determinado microcosmo, cultura o etnia, evolucionando con nosotros, con las nuevas generaciones y unos futuros lectores que, esperemos, prolonguen la existencia de estos lugares de leyenda.








