Incluso las potencias más tecnológicamente desarrolladas han recurrido a la magia para intentar ganar ventaja en medio de la guerra.
5 ejércitos contemporáneos que pretendieron usar magia para ganar una guerra

1. La CIA y los poderes paranormales
En los años 70, el ilusionista israelí Uri Geller se hizo famoso en todo el mundo por sus supuestos poderes paranormales, doblando cucharas y realizando otros fantásticos números solo con el poder de su mente, a la vista del extasiado público.
El asunto es que Geller no se presentaba como un ilusionista, sino que declaraba tener poderes psíquicos. La CIA no quiso dejar de probar, y se dice que en 1973 encerraron a Geller en un aposento, mientras le pedían al ilusionista que adivinara algunas palabras que eran seleccionadas al azar en un diccionario. El punto más alto de la historia es que, al parecer, el mago adivinó varias. Es decir, también engañó a la CIA.
2. El mercurio rojo de ISIS
Se dice que la extinta Unión Soviética desarrolló una sustancia experimental destinada a fines bélicos. El compuesto por sí solo no representaría mayor amenaza pero, al ser combinado con cualquier explosivo, su alcance sería realmente devastador. Esta sustancia sería hecha a base de yoduro de mercurio y es llamada « mercurio rojo». Aunque muchos afirman que es pura ficción, ISIS la ha buscado insistentemente.
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3. El rayo de la muerte
En 1934, el gobierno británico fundó el Comité para el Estudio Científico de la Defensa Aérea ( CSSAD) y poco después empezaron a circular rumores de que los nazis, que habían llegado al poder en Alemania, estaban desarrollando una especie de « rayo de la muerte», capaz de destruir aviones, pueblos y ciudades.
Aterrorizados ante la posibilidad de ser pulverizados por los alemanes, los británicos comenzaron un programa para intentar desarrollar su propio rayo destructor, aunque tuvieron que rendirse ante la imposibilidad del proyecto. Para la tecnología de la época, ese rayo era simplemente un deseo mágico.
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4. Radiestesia
La radiestesia o rabdomancia es una actividad pretendidamente científica que postula que las emisiones eléctricas, magnéticas, electromagnéticas y radiactivas pueden ser captadas y amplificadas por ciertas personas mediante un instrumento sencillo como un péndulo o una varilla.
A pesar de que la actividad carece de respaldo científico, no son pocos los ejércitos que han investigado el tema, intentando ponerla en unos aparatitos que serían una maravilla por las grandes cosas que podrían conseguir a muy bajo costo.
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5. Entre astrólogos
El día 2 de noviembre de 1939, el astrólogo suizo y simpatizante nazi Karl Ernst Krafft le escribió a un amigo para decirle que la vida de Adolf Hitler corría peligro. No quiso informar a más nadie por el desprecio con el que los astrólogos eran tratados por el régimen alemán.
Seis días después se produjo el atentado de la Cervecería de Munich, del que Hitler escapó porque había abandonado el local pocos minutos antes de la explosión.
La carta de Krafft fue sacada a la luz y, tras convencer a la policía secreta de que no sabía nada de la conjura y de que su conocimiento provenía de sus habilidades paranormales, la Alemania nazi abrió su Departamento de Astrología.
Los británicos no se quedaron atrás y fundaron también el suyo, uno de cuyos oficiales fue Louis de Wohl, quien después ganó fama como novelista. Estos departamentos hacían una guerra psicológica, entre otras cosas, pronosticando en sus horóscopos la inminente derrota del rival.







