Era sábado a la noche y Ezequiel Villanueva Moya de 15 años volvía de la casa de su abuela. Había ido a visitarla y, en el camino de vuelta, lo detuvo la Policía Federal para revisarlo. Justo pasó su amigo Iván Navarro y lo saludó. “Yo me acerqué para darle un abrazo a Eze y un oficial, así, de la nada, directamente vino y me pegó una trompada”, relata el chico y el testimonio se vuelve espeluznante, como de otra época, una teñida por el miedo, el abuso de poder y el peso del uniforme. ¿Otra época o esta época?
2 chicos torturados por la Prefectura y un grito en común: Basta de violencia institucional
Por:Univision
Tres móviles de Prefectura, 4 uniformados en cada uno. Con total impunidad, los encapucharon, los subieron a uno de los autos y los llevaron a un descampado cerca del Riachuelo. Trompadas, palazos, golpes, amenazas y burlas.
Hay que decirlo con todas las letras: estos chicos fueron torturados en plena democracia por oficiales de las supuestas fuerzas de seguridad que no aseguran nada.
Leé la descripción completa acá:
Los chicos de La Poderosa hicieron la denuncia y el fiscal Marcelo Munilla Lacasa de la fiscalía de Pompeya removió de su cargo a los agentes que integraban el móvil. Sin embargo, esto no es suficiente porque ahora Ezequiel e Iván tienen miedo, como dice la publicación de esta organización barrial. Sus familias están aterradas así como tantas otras que perdieron hijos, hermanas, primas y padres en manos de la violencia institucional.
¿La razón? No hay. ¿La justificación? No hay. ¿El control del Estado? No hay. ¿La repercusión? Nula, todo sigue igual. ¿Dónde pasó? En la Villa 21, que es un barrio de Barracas, donde también hay democracia y donde la Policía y la Prefectura se supone que tienen que velar por la seguiridad, no ser fuerzas de represión estatal.
Exijamos que los derechos humanos se respeten en todos lados y para todos por igual. Gritá con nosotros: ¡Basta de violencia institucional!