15 millones de héroes nos unimos para recuperar a Ecuador después del terremoto

El terremoto nos tomó de sorpresa a todos. Ecuador cerró la tarde del sábado 16 de abril con un temblor de magnitud 7.8 en la escala de Richter. Ya de por sí, es un terremoto fuerte, pero su impacto se agravó por la forma en que se manifestó, lo cual creó una fuerza de 4G bajo la tierra: como si nos hubieran batido. Y ni hablar de los más de ochocientos de réplicas que incluyen 6 de magnitudes por encima de 6 puntos. ¡Vaya actividad de la tierra!

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Yo personalmente estaba sentada en mi comedor en Quito, la capital. Al principio pensé que era el viento que hacía crujir las ventanas. Hasta que me di cuenta que se movía todo. En ese momento salí volando al jardín y empecé desesperadamente a llamar a mis seres queridos a ver si estaban bien. A mi casa, por suerte, no le pasó nada. Tampoco ocurrió nada con las casas de la mayoría de personas en Quito ni en la sierra en general. Y Galápagos también quedó a salvo. Pero en la costa, la devastación ha sido total en muchos pueblos. Según informes oficiales, 655 muertos, 4605 heridos, y 29.067 en la calle. Y las cifras siguen subiendo.

Hoy, a 10 días de la tragedia, es difícil que encuentren a más personas con vida. Y el presidente dice que la destrucción es tal que tomará años y miles de millones de dólares en reconstruir al sector afectado.

Aquí, desde una casa bien construida y ubicada en una zona segura, es difícil comprender el nivel de la tragedia que enfrenta mi país adoptivo al que tanto quiero. Desde el primer momento, en búsqueda de información, todos nos volcamos a las redes sociales, a la radio y a la televisión. Y han dado fe de escenas de destrucción masiva, de guerra, en una zona antes conocida por su bucólica belleza…sitios donde los quiteños íbamos a relajarnos del ajetreo de la gran ciudad y donde los costeños hacían su vida entre palmeras, playa y pueblo. Nos levantamos y nos acostamos llenos de imágenes de edificios caídos, coches aplastados y pérdida, sobre todo, pérdida.

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Rara vez aprovecho este espacio para hablar de mis sentimientos personales. Prefiero en general contarles historias, de otras personas que quizá hayan sufrido de algo que nos puede afectar a todos y provocarnos una reflexión. Historias que nos permiten identificarnos con el otro o la otra y ver qué cambio de vida podríamos hacer para frenar la plaga de violencia que azota a nuestros países en el hogar, la escuela, el trabajo o la calle. Y no es que en este caso de desastre natural no falten casos: la violencia en los albergues –contra mujeres y niños para empezar– ya está empezando a ocurrir al igual que en otras tragedias similares alrededor del mundo. Quizá en otra columna les contaré un poco de este tema, siguiendo la línea editorial normal del Proyecto No Más en Ecuador.

La solidaridad hecha realidad

Pero por ahora prefiero hablarles de otro tema, de una reacción que va más allá de la política, de la religión, de la edad, del género, de la región. Una reacción que inspira una nueva fe en la humanidad aún cuando seguimos siendo partidistas y donde ciertos intereses ocultos se manifiestan a diario. Quiero contarles de la increíble muestra de solidaridad de todos los ecuatorianos hacia sus hermanos y hermanas de la costa y compartir con ustedes algunas lecciones que empiezo a sacar del caos. Porque esto sí es caos. Pero como dice el pictograma chino para la palabra crisis, nos encontramos frente a una situación de peligro que es también de oportunidad. Y creo que tenemos mucho que aprender de las primeras respuestas de la gente ante la tragedia.

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Ayer por la noche, yo manejaba hacia Quito. Una espectacular luna anaranjada, tan grande que parecía inflada con aire celestial, se colgaba sobre el horizonte. Mientras yo subía por la carretera, por el otro lado bajaba una caravana de al menos 30 camiones – por estar manejando tuve que dejar de contar – acompañados de camionetas, carros bajos y todo tipo de vehículo, cargados de víveres, colchones, agua y otros insumos. La mayoría ostentaban banderas ecuatorianas y todos los demás vehículos los saludaban con un concierto de pitos y “¡Vamos Ecuador!"

Cuando me llegan momentos de impotencia y frustración, trato más bien de enfocarme en ese espíritu de colaboración, de solidaridad y empeño por salir adelante de una situación tan difícil y me pregunto cuánto tiempo podremos sostener esa entrega. Si existiera siempre, los 15 millones de héroes del Ecuador podríamos no solo recuperarnos de la devastación del terremoto sino también construir un país soñado para todos. Ojalá esta crisis nos lleve hacia ese camino.

Tips y reflexiones para enfrentar la crisis

1. Sé prevenido y cuida tus palabras. Nunca se sabe cuándo la vida va a dar un giro muy complejo. Guarda un poco para emergencias. Pero más que nada, no dejen palabras duras en medio de una relación con un ser querido. Mostremos amor y respeto. Esto es una regla no solo para las crisis sino para la vida en general, pero en las crisis florece su importancia.

2. Prepárate para el maratón, no para una carrera de 100m. Esta crisis nos va a afectar durante años, así que debemos cada uno actuar ahora pero también guardar fuerzas para el futuro, cuando los medios ya no reporten sobre la historia varias veces al día y otros eventos llaman más la atención. No hay que desesperarse por la importancia de no poder hacer suficiente ahora.

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3. Aprovechemos la tecnología. Los medios sociales cumplen un papel importantísimo en los esfuerzos de ayuda. En esta crisis han permitido encontrar a desaparecidos, a más de contactar a los que necesitan ayuda con los que la puedan dar. Pero eso sí, cuidémonos de jactarnos de ayudas brindadas ni tampoco los usemos para hacer política.

4. Cada grano de ayuda es importante. Cada uno de nosotros, haciendo lo que mejor sabemos hacer, podemos aportar mucho a los esfuerzos humanitarios. En Ecuador estamos viendo que los carpinteros se ofrecen a construir casas, los chefs a cocinar para los voluntarios y los damnificados, los médicos a atender con primeros auxilios. Todos echando una mano de manera desinteresada.

5. Hay que cuidar lo psicosocial. Esto aplica tanto a voluntarios no entrenados que han ido a dar su aporte y han vuelto con estrés traumático como a los residentes de zonas destrozadas. No todos podemos ofrecer una ayuda efectiva en zonas de guerra. Y hay que apoyar en esto a largo plazo.

6. La cultura es una forma importante de contención. Nos hemos conmovido viendo como los artistas locales se ofrecen a dar conciertos gratis para recaudar fondos o de ver imágenes de payasos que han viajado a las playas devastadas para dar una sonrisa a un niño que lo ha perdido todo. La música, el baile, las artes plásticas ayudan a procesar lo indecible.

7. La bondad de la gente ecuatoriana no tiene límite. No hay una sola persona que no haya mandado algo de ropa a la costa; las perchas del supermercado se vaciaron en seguida de agua, atún, velas, y medicinas básicas. Y esto más allá de donaciones en dinero a través del trabajo, la comunidad religiosa o la escuela. Es un pueblo sumamente solidario.

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8. “Poner cuerpo” sana. Cada día miles de voluntarios aparecen de la nada en los sitios de acopio de víveres y otros artículos y ayudan a empacarlos y subirlos a camiones o aviones para su viaje a la costa. Los municipios en esto han tenido un papel protagonista, al igual que colegios, comunidades religiosas y otros grupos. Y más allá de lo que mandar estos insumos sirve a las poblaciones afectadas, ha sido una sanación para las personas que han realizado el trabajo, al sentir la hermandad y compañerismo de otros miembros de la sociedad unidos en una sola causa.

9. Ayúdennos a ayudarnos. Las donaciones son necesarias y urgentes, pero salir de esta crisis requerirá mucho más. Compren productos ecuatorianos de calidad (banana, camarón, chocolate, mango, rosas) y sigan visitando al país, cuyas más importantes zonas turísticas (Quito y sierra y las Islas Galápagos) siguen en buen estado.

Así puedes aportar tu granito de arena para ayudar a Ecuador

Si buscas la forma de ayudarnos, puedes hacer donaciones en los siguientes links:

Cruz Roja Internacional
Plan Internacional Ecuador
Aldeas SOS Ecuador
Oxfam Internacional Ecuador

VER TAMBIÉN: ¿Dónde podría ocurrir el próximo terremoto en América del Sur?

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