La modelo mexicana asegura que lo que más extraña son los taquitos que le preparan en casa. Su paso por las pasarelas más importantes de la moda la mantienen lejos de su querido Monterrey. En medio del caos y la prisa nos dejó seguirla durante todo el proceso para estar lista y ser la protagonista de un desfile en Nueva York.
Francesca Beltrán
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Al backstage llegó con su cara lavada y lista para las apuestas que propusiera el make up artist de la marca, quien es el encargado de traducir la inspiración del diseñador al maquillaje.
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En la temporada de desfiles pasada, la vimos cerrar el show de Carolina Herrera, eso convirtió su cara en una insignia de la nueva generación de modelos latinas. Su rostro, poco convencional y sus cejas fuertes fueron alabadas por la crítica. Aquí, lista para el primer ensayo.
Francesca Beltrán
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Antes de salir a desfilar una selfie para sus más de 13 mil seguidores, no sin antes recibir una clara instrucción de la directora de pasarela: Una vez llegues caminando al centro ¡tienes que sonreír!
Francesca Beltrán
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El maquillaje, inspirado en los colores de las metrópolis antiguas y creado por Gordon Espinet, centra la atención en sus ojos. La piel luce lo más natural posible, y los labios van de color nude.
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Luego, es hora de arreglar el pelo. Sus ondas naturales son alisadas completamente.
Francesca Beltrán
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Algunas marcas como Carven, Céline, Marc Jacobs, Bottega Venetta, John Galliano y Emporio Armani la han elegido para sus desfiles. Ahora está lista para salir a posar para Desigual.
Francesca Beltrán
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Una vez el maquillaje está finalizado es hora de vestirse. En el backstage, hay un rack para cada modelo con cada una de las piezas que va a usar y en el orden en las que debe ponérselas. Aquí algunas asistentes de la marca ayudándole a Cristina a finalizar detalles.
Francesca Beltrán
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Aunque las modelos llegan casi dos horas antes del show, solo se visten con las piezas que van a desfilar unos minutos antes de que la pasarela comience, esto con el fin de que la ropa no se estropee, se arrugue y de que los medios no arruinen la sorpresa.
Francesca Beltrán
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Cristina y sus compañeras de pasarela, -modelos que provienen de todo el mundo- están listas para salir a desfilar. Antes de pisar la blanca plataforma deben formarse en el orden en el que van a caminar.
Francesca Beltrán
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Un abrigo de patchwork ( es decir, hecho de retazos), un vestido de flores y una pequeña mochila es el look que los diseñadores de Desigual han elegido para ella.
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Caminar con gracia hasta el final de la pasarela (en donde se encuentran todos los fotógrafos), parece un trabajo muy sencillo para esta joven que hoy vive en Brooklyn y que ya logró protagonizar una portada de la revista Vogue Italia.
Francesca Beltrán
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La belleza de las modelos desafía la idea tradicional de lo bello. Se espera de ellas que tengan unos rostros singulares, angulados, con carácter que registren bien en cámara. Aquí, como se lo sugirieron y lejos de lo que es tradicional, Cristina sonríe ante el público.
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Una pasarela tiene entre 20 y 30 salidas, así que Cristina deja el show para entrar al backstage a toda prisa y ponerse su segundo look de la tarde.
Getty
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Un look 'total dénim', con toques étnicos y tejido de punto cierra su presentación en el desfile. Pero el día no ha terminado, tiene que salir corriendo a otro lugar, a otro backstage para hacer su segundo show del día, ese es el costo de convertirse en una modelo apetecida.
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