Una escena muy regular es ver madres jóvenes y solteras viviendo con sus padres, a veces porque no tienen otra opción y otras porque al contrario, esta es la mejor opción. Sin embargo, una vez que tienes alguien de quién cuidar, esa convivencia habitual con tus padres puede ya no ser la misma que antes.
Vivir con tus padres siendo mamá soltera

Vivir con los padres, dos caras de la moneda
Como madre soltera te puedo decir que he vivido las dos caras de la moneda y sé que no es fácil tomar la mejor decisión cuando te ves obligada a cuidar de una personita que depende totalmente de ti y al mismo tiempo seguir acatando las reglas y obligaciones que tus padres te imponen.
Por un lado, existe esa necesidad de sentirnos apoyadas, pero también está la de ser independientes y aunque a veces nos sentimos entre la espada y la pared, lo mejor es poner las cartas sobre la mesa y ver nuestras opciones.
He visto varias experiencias, las más cercanas con amigas, primas e incluso como ya mencionaba, puedo contar la mía propia, por ello me atrevo a rescatar los principales puntos que más nos preocupan, tomando las ventajas y desventajas de la convivencia en dichas circunstancias.
Ventajas
Lo que muchas mujeres que ya son madres y sobre todo entre los 18 y 25 años ven como ventaja al vivir con sus padres es el que pueden seguir con su vida lo más cercana a lo que era antes; salir con amigos, retomar el estudio, trabajar... Incluso para cualquier madre el hecho de poder descansar se vuelve tan preciado cuando hay alguien más que pueda hacerse cargo del bebé de vez en cuando.
Sabes que tus padres, los abuelos del bebé, serán siempre la mejor opción para encargar a tu hijo; por más incómoda que me llegara a sentir, el simple hecho de ver a mi mamá cargar con tanto amor a mi pequeño me hizo quedarme en más de una ocasión con ellos.
Otra ventaja es en cuanto a la economía. A pesar de hacernos totalmente cargo de el o los bebés, al compartir gastos con más miembros de la familia, es un gran desahogo. Gracias a esto podemos concentrarnos en muchas otras cosas que al estar solas tendríamos que posponer.

Desventajas
La principal desventaja de esta convivencia es que tus padres olvidan que ya tienes un hijo, para ellos simple y sencillamente seguirás siendo su hija, así que no creas que por ser madre dejarán de decirte qué, cómo y cuándo hacer las cosas, es más, pareciera que estas interrogantes se vuelven por alguna razón más intensas.
Otra gran desventaja es que, además de controlarte a ti como hija, seguramente querrán hacerlo con tu propio hijo, comenzarán las discusiones por lo que tú consideras correcto contra lo que tus padres piensen.
Perderás autoridad para muchas cosas y si aún sin poder decidir educar libremente a tus hijos, no puedes salir, trabajar o estudiar, seguramente se volverá muy pesada la convivencia.
Las posibles opciones
Depende mucho del caso de cada persona, ya que no todas nos convertimos en madres bajo las mismas circunstancias. Pero lo mejor es llegar a un acuerdo con nuestros padres cuando somos madres solteras, si vamos a compartir la crianza del nuevo bebé, saber de qué manera se planea educarle y atenderle.
El primer paso es dejar de ser unas niñas y demostrarle a nuestros padres con hechos que podemos hacernos cargo de un bebé, que muchas veces es de donde inicia todo el meollo del asunto. No puedes exigir derechos si no demuestras responsabilidad.
Hazte cargo de tu hijo y sus necesidades independientemente de con quién vivas. De esta manera, cuando menos te lo esperes, estarás lista para intentarlo de manera independiente.
¿Cuál es tu experiencia?








