Christian Grey, el protagonista de las fantasías kinky de algunas mujeres, regresó a los estantes de las librerías y como se imaginan, la nueva novela de E.L. James voló en cuestión de minutos. Y cómo no, si la autora prometió que este spin-off nos ayudaría a conocer lo que hay detrás de este magnate y amo del universo.
Leí el nuevo libro de 50 Sombras de Grey y esto fue lo que aprendí
Obviamente no iba a pasar la oportunidad de complacer mi lado curioso y compré Grey para ver si las páginas de la novela en realidad arrojaban una perspectiva diferente del personaje… y así fue, pero no como la autora de la novela esperaba, estoy segura.
Porque no me gusta que me traten de convencer de que algo es bueno o malo, leí el libro para formar mi propia opinión y las cosas que aprendí hace algunos días todavía me hacen sentir pena ajena del Sr. Grey. ¿Las quieren conocer? Entonces sigan leyendo con la advertencia de que podrían toparse con uno que otro spoiler.
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Christian Grey es más gruñón que Grumpy Cat
Aunque en los libros pasados vi un Christian Grey serio y cortante, en el spin-off el millonario nos aclara “Sólo tengo 3 estados de humor: enojado, más enojado y serio-enojado”. Y dicen que las mujeres somos difíciles; a este hombre nada le gusta, nada le parece, nada es suficiente y no tiene ningún problema en hacérselo saber al mundo.
Pero eso sí, cuando se trata de conquistar al padre de la chica que quiere corromper, el Sr. Grey es todo un pan de Dios y en dos segundos se convierte en el yerno soñado. Que miedo.
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El Sr. Grey AMA su pene
¡Lo ama! Sí, está bien que los seres humanos apreciemos nuestro cuerpecito, pero Grey lleva ese amor a otro nivel y durante sus diálogos internos, siempre habla de su pene (o con su pene, no estoy segura), que al parecer es un amiguito que se emociona con todo.
Que Anastasia llegó ¡pum se levanta! Que me beso con Anastasia, ¡pum, se levanta! Que Anastasia no me dejo meterle mano mientras cenábamos con mis papás… sí, como se imaginan, ¡pum se levanta!
Un par de páginas más y E.L. James nos habría contado cómo llegó una corriente de aire al winky dinky de Grey y terminó con una vergonzosa erección frente a la Sra. Jones (aunque al parecer no sería la primera vez).
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Acosador, celoso y manipulador
La autora de estos libros nos ha tratado de convencer hasta el cansancio de Christian es un hombre atormentado por el pasado y que JAMÁS manipula a Steele. Si con los otros libros eso no quedo claro, esta nueva entrega nos demuestra que efectivamente, Grey está a dos pasos de convertirse en el líder de una secta; algo así como el reverendo Richard Wayne Gary Wayne de Unbreakable Kimmy Schmidt, pero con más látigos y esposas.
Los diálogos internos de Christian nos dejan ver que es un acosador. ¿Lo peor de todo? No piensa que esté mal; ya saben, es muy normal que un dude sepa cuántos esposos ha tenido tu mamá sin que se lo digas. Y qué decir de sus tendencias controladoras: "Sí, Ana, ese coche, la computadora, el celular, la ropa y demás cachivaches que te doy, son para consentirte… y no porque quiero tener la última palabra en todos los aspectos de tu vida".
Sí, Sr. Grey, usted no tiene problemas…
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Las pesadillas de Christian no terminan
Creo que esta fue una de las pocas cosas que rescato del libro; me parece que aporta a la construcción del personaje de Grey; además es algo que no vimos con “tanto” detalle en las entregas pasadas, a diferencia del 60% de este nuevo libro que fue un copy paste de 50 Sombras de Grey.
Las pesadillas de Christian son sobre su infancia y aunque de repente Ana se mete en las historias del mundo onírico del protagonista, el dolor que Grey carga después de tantos años, sigue teniendo poder sobre su estado mental.
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¡Christian sí trabaja!
Y lo digo como una sorpresa, porque lo fue. En la trilogía vimos al personaje como un empresario-magnate que tenía todo el tiempo del mundo; ya fuera contestando mensajes de texto, escribiendo correos, llegando a salvar a Ana del amigo borracho imprudente o haciendo una visita sorpresa a la ciudad donde vive la mamá de su novia, Grey no parecía un hombre muy ocupado.
Mientras maneja al mundo en su sala de juntas, acosa a Anastasia, se pone de acuerdo para cenar con Elena y organiza un viaje en su jet particular. A eso le llamo ser multitasking.
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Sr. Grey: ¡Es muy ABURRIDO!
Sí. Y lo repito. Christian Grey es sumamente aburrido. Píenselo por un momento, ¿qué queda si quitamos lo “kinky”, los regalos, el contrato y la promesa de una relación BDSM ? Un hombre al que no le gusta hacer nada, que no tiene amigos, que se queja de todo, con el que no puedes platicar (porque es como una piedra sin sentimientos), que sólo sabe bailar y coger… duro (sus palabras, no las mías). ¿Para algo casual, de una noche? Perfecto. ¿Para que se convierta en mi pareja? No, muchas gracias, paso.
Sí creíamos que la obsesión con Christian había terminado, nos equivocamos. Grey es un fenómeno mundial y los números lo comprueban, en los primeros cuatro días logró vender ¡más de 1 millón de copias! ¿El mundo se volvió loco? Tal vez. ¿Las mujeres necesitan mejores novelas eróticas? Definitivamente.
Sólo espero que el próximo gran romance de las masas, sea uno con menos clichés, más girl power y un hombre más real, porque eso del millonario guapo atormentado no me la compro. ¡Cuéntenos si ya leyeron la trilogía y el nuevo libro!
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