Lifestyle

Galletas y amor: La receta PERFECTA para mejorar las relaciones en casa

Estamos en plena época navideña y todas hemos empezado nuestros preparativos. Hace varias semanas ya colocamos nuestras decoraciones por fuera y dentro de la casa. Las luces intermitentes adornan las ventanas. Sacamos a lucir nuestros tesoros, acumulados durante años, para hacer el nacimiento perfecto. Y el árbol, cubierto de ornamentos que recuerdan a viajes, paseos y creaciones escolares, ofrece su luz y un aroma que penetra cada rincón de nuestro hogar.

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Pero esto es solo el principio. Ya mismo empiezan las fiestas. Y para esto, nos toca realizar los preparativos justo en los días antes de recibir a los invitados para que estén perfectamente frescas las delicias que vamos a ofrecer a nuestra familia y a nuestros amigos.

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Mujeres de la familia: guardianas de las recetas de la buena vida

Así que pedimos ayuda a nuestras hermanas, a nuestras hijas, y con suerte a la mamá, la tía o la abuela, esas mujeres maravillosas que guardan todos los secretos culinarios de nuestra familia. Son ellas las que conocen la sazón perfecta para aliñar el pavo, o dónde conseguir los frutos secos más exquisitos para la torta. Y de paso, nos dan sus valiosísimos consejos sobre cómo manejar mejor nuestras vidas y criar bien a nuestros hijos. ¿Qué haríamos sin esas mujeres tan queridas?

Pero ¿por qué sólo las mujeres podemos participar en la gran alegría de preparar la cena familiar o los bocaditos para la novena? ¿No es ésta una oportunidad maravillosa para aumentar la integración familiar completa?

¡Qué delicia sentarnos en la cocina con nuestros hijos, a más de nuestras hijas, y cortar la masa de galletas en estrellas y árboles y luego pasar horas decorando las galletas, lamiéndonos los dedos de tanto azúcar, y poniéndonos al día con nuestras vidas!

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Lecciones profundas entre azúcar de colores

En mi familia, algunos de los mejores momentos se han concretado alrededor de la mesa de la cocina, cubiertos todos de harina. A veces, se han unido todos los compañeros de clase de uno u otro de mis hijos para un festejo de compañerismo y creación artística que todos recordarán y espero que luego recrearán con sus propios hijos a futuro.

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Y aprovechamos la oportunidad para enseñar a todos a terminar un trabajo bien hecho de cocina con uno de dejar todo limpio y en su lugar: una lección excelente de responsabilidad.

Si nuestros hijos varones nos acompañan, más allá de tener un par de manos extras–cosa que siempre hace falta en este ajetreado momento de fiestas continuas–estaremos enseñándoles una importante lección: que ellos son parte de nuestra familia y que como tal, deben participar no solo en el consumo de la comida navideña sino también en su creación. ¿Quién sabe si les inspire a ser chefs en el futuro?

Por lo menos, sabemos que van a apreciar más nuestra contribución a las fiestas…y nuestras nueras ¡seguro que nos agradecerán por ese detalle!