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Esto es lo que podemos aprender de la relación tóxica de Lady Diana y el príncipe Carlos

El vestido de Lady Diana tenía alrededor de 10 mil perlas y el tren más largo en la historia de la monarquía. El día de su casamiento con el príncipe Carlos fue una fiesta nacional y cuando salieron de la catedral de San Pablo pasearon en un carruaje para saludar a sus súbditos.

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Ni una princesa de Disney tiene un final tan feliz. Diana, una educadora infantil, conoció a un príncipe, se enamoró y tuvo una boda de ensueño. Pero, con el paso de los años y la tragedia que le costó la vida, fueron saliendo nuevos detalles a la luz que muestran una realidad completamente distinta a la imagen perfecta que tanto cuida la realeza.

El sueño se desmorona

En un nuevo documental, Princess Diana in her own words, Diana habla cándidamente sobre la tóxica relación con su pareja y el daño psicológico que le causó la presión de la monarquía para mantener sus problemas en secreto.

La realidad es que Diana y Carlos no eran el uno para el otro. Estaban en una relación tóxica, pero ninguno de los dos tenía la culpa, simplemente eran una pareja que nunca debió existir.

Según Prince Charles: The Passions and Paradoxes of an Improbable Life, un nuevo libro sobre la vida del monarca, la única razón por la que contrajeron matrimonio fue por protocolo.

Nosotros vimos el despliegue de rosas y festejos, el desfile de celebridades en trajes millonarios y una pareja joven y, aparentemente, feliz. Pero no vimos a Carlos, la noche anterior, llorando porque aún quería a su primer amor, Camilla Parker Bowles (su actual esposa).

Tampoco vimos la carta del rey a su hijo ordenándole que se casara con Diana porque era más «respetable». Por tradición en la monarquía inglesa se suelen elegir esposas «virginales» y Camilla tenía un pasado tormentoso con su expareja, Andrew Parker-Bowles.

Imagen Getty Images

La realeza tiene que mantener su imagen a como de lugar y, en este caso, significó que una pareja profundamente infeliz siguiera junta hasta que ya no aguantaron más.

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Cuando, en 1996, por fin se separaron, los detalles internos de la relación comenzaron a salir al público y se convirtió en uno de los escándalos más grandes de la monarquía inglesa desde que Enrique VIII mandó a decapitar a Ana Bolena.

Te preguntarás por qué Diana y Carlos se quedaron juntos a pesar de que, no solo no se tenían una pizca de cariño, sino que ambos tenían relaciones en paralelo (Carlos con Camilla y Diana, supuestamente, con su guardaespaldas Barry Mannakee). En una entrevista con la BBC, Diana explicó que no quería «decepcionar al público».

¡Sal de ahí!

Imagen Thinkstock

Diana y Carlos tuvieron que permanecer juntos por 15 años a pesar de que, desde el principio, era aparente que no estaban hechos para estar juntos.

Nosotros los plebeyos no tenemos esos problemas, pero de todas maneras muchas veces permanecemos en relaciones que claramente no son buenas para nosotros. Entonces ¿por qué tanta gente continúa en relaciones tóxicas?

Por los niños

Imagen Thinkstock

Una de las razones más comunes son los hijos. La creencia popular dicta que para los niños es preferible tener dos padres juntos que separados.

Según Fiona Bennet, una consejera marital, «las parejas con hijos son las que se esfuerzan más en arreglar sus problemas». Y eso suena lógico, después de todo, el divorcio puede impactar la vida de los niños de forma muy negativa.

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Pero ¿qué pasa si no logran conciliarse? En ese caso, según los expertos, hay que ser honestos. La de los padres es el primer ejemplo de una relación que los niños van a tener en sus vidas, y se convierte en el prototipo que el niño va a tener en la mente hasta la adultez.

La recomendación de Psychology Today es no postergar la felicidad. Muchas parejas esperan hasta que sus hijos sean grandes para poder liberarse del otro y eso, inevitablemente, va a caer en los hombros de sus hijos.

Saber que sacrificaron su felicidad por ellos puede causar sentimientos de culpa, ansiedad y hasta depresión en los hijos. Así que puede ser mejor una pareja separada, pero feliz, a un hogar nuclear, pero disfuncional.

Es lo que hay

Imagen thinkstock

Cuando ya llevas años de tu vida junto con esa persona y no imaginabas un futuro sin él/ella, puede ser difícil empezar de nuevo. Es como dice el refrán: «es mejor malo conocido que bueno por conocer».

Invertimos demasiado tiempo en estas relaciones y volver a salir nos aterra. La idea de no encontrar otra persona o de que todos esos años no hayan significado nada nos llena de temor y, en muchos casos, nos obliga a quedarnos en un lugar de infelicidad.

Sea cual sea la razón, permanecer en una relación de pareja que se ha vuelto tóxica te puede arruinar la vida. A Diana la empujó hacia la bulimia y la depresión, pero a diferencia de ella, tu vida no está atada al escrutinio público.

La prematura muerte de la princesa nos recuerda que nuestro tiempo en esta tierra es demasiado limitado para pasarlo con gente que no nos hace bien y recuerda que separarse no es un fracaso, vivir infelizmente sí.