Pocas relaciones en el mundo se comparan a la de la filósofa y feminista Simone de Beauvoir y el también inteligentísimo filosofo Jean Paul Sartre. Su amor iba más allá de convencionalismos y costumbres, no se ataron el uno al otro y sin embargo vivieron uno de los romances más intensos de la historia.
Amor rebelde: lo que nos enseñó sobre la pareja el romance de Sartre y Beauvoir

Sin formalidades
Beauvoir y Sartre se caracterizaban por tener vidas escandalosas. Ella era fiel creyente de la libertad sexual femenina y la practicaba, y él era mujeriego gracias a su inteligencia y su discurso, pero cuando se conocieron nunca más se separaron. Su relación duró hasta la muerte de Sartre por edema pulmonar en 1980.
Sin embargo la pareja nunca se casó, ni tuvo hijos. Aunque Sartre, a pesar de su naturaleza promiscua, le pidió matrimonio a Beauvoir, esta lo rechazó. El matrimonio y la maternidad significaban para ella cárceles en las cuales no podría ser feliz. Tampoco llegaron a convivir juntos: su relación se basaba en acuerdos y contratos que establecían que se verían de vez en cuando mientras se enviaban cartas en las que prometían contarse todo con lujo de detalles.
Un amor más allá de las cadenas
Ambos aseguraban que casarse o la convivencia haría que su relación se llenara de compromisos sociales con los demás que no estaban dispuestos a aceptar. Se amaron profundamente a través del amor libre y aunque tampoco ser eran fieles, se tenían siempre el uno al otro. No se poseían, puesto que a través del tiempo analizaron su relación hasta llegar a una dinámica que les funcionara, y esta estaba basada en la total libertad de cada uno.
Lo más poderoso de la relación Beauvoir-Sartre es que se entendían. Ambos podían encontrar el uno en el otro una persona con quien hablar y analizar intereses (filosóficos en este caso) y verse intelectualmente desafiado.
Para nosotros
De esta rebelde relación podemos aprender que el amor no necesita de ninguna atadura para darse: ellos se amaban juntos y en la distancia, con o sin otras personas alrededor. De la misma forma aprendemos que para lograr amar a alguien se debe ir más allá de la apariencia y penetrar en un campo intelectual y espiritual de conexión con esa persona.
Aunque quizás no somos del todo capaces de vivir un amor como este, es importante aprender a no poseer a la otra persona y amarla desde el amor propio para conseguir un amor tan profundo, rebelde y legendario como el de Beauvoir y Sartre.








