Hace 3 años Priscilla Cabellos abrió la tienda de ropa She loves ubicada en la calle Merced del barrio bohemio de Bellas Artes.
She loves: Moda made in Chile

Para crear su línea de ropa, Priscilla, que estudió diseño de vestuario en el Inacap, analizó a las clientas del barrio y detectó que había un grupo de mujeres hambrientas de moda con carácter y personalidad local.
She Loves busca ser una alternativa a la ropa de las grandes cadenas de producción masiva made in China, y ofrece prendas de cortes clásicos (y a veces retro) con aires más modernos, estampados frescos, detalles hechos a mano y toques de color. Es una línea fuerte en el diseño de vestidos de calle.
En estos 3 años con She Loves, Priscilla ha podido ver de cerca la industria nacional de vestuario, y también, el sector de la moda independiente. Esto es lo que nos contó.
¿Cómo surge la idea de la marca?
Un poco tratando de escaparme de la moda, de tener un estilo distinto y diferenciado. No quiero que mi ropa se parezca a la que están vendiendo en Ripley, Paris. No importa cuánto estén vendiendo ellos, no quiero vender lo mismo.
¿Qué tipo de ropa ofrecen?
La nuestra es una línea clásica que tiene un toque vanguardista. Está pensada para mujeres jóvenes que ya trabajan, de unos 30 a 35 años, que quieren ropa exclusiva y diferenciada, y están cansadas de la ropa made in China de H&M y Falabella.

¿Cuáles son sus inspiraciones?
Me gusta Agatha Ruiz de la Prada. Me inspira bastante su uso del color. Aunque es muy criticada por sus diseños, me gusta cómo se atreve con los colores. También me inspira Desigual, por su capacidad de mezclar estampados y texturas.
¿Qué viene fuerte este verano con She Loves?
Muchos vestidos de evasé, estilo años 50 de talle ajustado y falda corta amplia. También los enteritos de pantalón vienen muy fuerte.
¿Y en colores?
El blanco y el negro, el rojo, el turquesa, los estampados de flores y el azul rey.
¿Cómo ves la escena del diseño independiente en Chile?
Creo que está arrancando todavía, pero se viene configurando desde hace unos 10 años. En realidad, es nueva, porque durante la dictadura hubo un proceso de desindustrialización. Se cerraron las fábricas de zapatos y de ropa y el país se especializó en ofrecer servicios.

¿Será por eso que aquí la ropa usada o vintage es tan popular?
Sí, puede ser. Además porque la importación de esta ropa no tiene arancel extra.
¿El auge de la ropa vintage le ha hecho daño al diseño actual?
Seguro. Eso, y que tampoco hay telas nacionales: todas se tienen que importar.
¿Hacia dónde se dirige el nuevo panorama de ropa made in Chile?
Bueno, hasta ahora empieza a configurarse. Creo que Santiago poco a poco está saliendo de lo muy clásico y tradicional.
Esa es la apuesta de She Loves. Una línea fresca que quiere hacer parte de la vanguardia de moda made in Chile que se empieza a conformar.
¡Conócela! Visita su local en Merced 547.









