Hay personas que tienden a guardar, coleccionar y conservar todo tipo de recuerdos, desde el primer par de calcetines de su bebé hasta la última corbata en su graduación de universidad. Sin embargo, hay una diferencia entre coleccionar objetos de valor histórico y económico cuya especificidad te hará rica, y acumular objetos con el mero valor emocional que solo están guardando polvo en el ático.
Si todavía guardas los mamelucos de tus bebés, esta investigación tiene algo que decirte


A veces, dejar ir las cosas a las que estamos apegadas tiene que ver con el miedo a dejar ir una parte de nosotras, nuestro pasado, es miedo a dejar ir lo que fuimos, una parte de nuestra identidad. También puede deberse al temor a desperdiciar algo que aún sirve (raramente lo hace), a no saber cómo organizar las pertenencias y a no saber cómo manejar el cambio.
Para superar estos temores, un estudio dirigido por dos profesoras de Marketing y Negocios nos muestra un camino.
Un recuerdo, una fotografía
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El estudio se llevó a cabo promoviendo una campaña de donación de objetos con 797 estudiantes de la universidad de Penn State. A la mitad de la población universitaria se le invitó a tomarle una foto a sus objetos preciados y luego darlos en donación, a la otra mitad se les invitó únicamente a donar. Los resultados demostraron que al final, donaron más objetos quienes guardaron una foto como recuerdo.
«Lo que la gente no quiere dejar ir es su recuerdo», mencionó Rebecca Reczek, una de las autoras del estudio.
Las investigadoras notaron que para los estudiantes es más fácil dejar ir las cosas que no necesitan cuando se les permite quedarse con el recuerdo de sus objetos de valor emocional a través de fotografías. En conclusión, la gente está más dispuesta a tirar o donar lo que ya no ocupa si puede conservar una fotografía de su preciado recuerdo.

Es cierto, los bebés crecen rápido y nos encantaría poder disfrutar de esa etapa más tiempo. Pero en la vida de los hijos hay muchas otras etapas igualmente hermosas y si fuéramos a conservar un recuerdo de cada una, precisaríamos un clóset enorme solo para ello.
Decídete ya a dejar ir esas cajas de ropita y juguetes de bebé que aún guardas. Tómales fotos y déjalas ir. Es un paso más para obtener una casa más limpia y ordenada que te haga feliz. Piensa que no es solo una forma de deshacerte de lo que ya no necesitas, sino de ayudar a otras personas con tus donaciones.
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