Aprender a reconocer las plantas y hierbas es para los niños un gesto espontáneo y lo pueden hacer a través de los sentidos. Esto les abre un mundo inexplorado y excitante. En primer lugar, las observan, después tocan, huelen y por último las prueban. Muchas veces las plantas son descubrimientos asombrosos también para los adultos. Pero hoy nos vamos a detener en la relación entre los niños y las plantas.
Los niños y las plantas


Un paseo por el jardín con niños
La salvia
Decían nuestras abuelas que hay que frotar salvia en los dientes para que se vuelvan más blancos. De hoja ancha y aterciopelada, es una hierva valiosa: se necesitan dos tazas de té de salvia al día, endulzadas con miel, para estimular el apetito y el metabolismo.
El romero
Un aroma único, una planta de energía que purifica. Con nuestros niños podemos preparar el aceite con sabor a romero, lo juntamos y ponemos dos ramas de romero, bien lavadas y secadas, durante dos semanas en un frasco cerrado de aceite extra virgen de oliva. Después de ese tiempo, dejen adivinar a los niños, con el olfato cuál es el aceite normal y cuál es ese con romero.

Menta
Hay muchas variedades de menta, hasta treinta. A los niños les encantará el sabor de las hojas verdes, por lo fresco y vivo. Excelente para los tés, tés verdes refrescantes y jarabes, teniendo cuidado de no exagerar con los niños más pequeños ya que pueden causar espasmos.
La malva
Tiene las hojas grandes, redondas, sin olor, las flores de un violeta intenso con precisión. Un té de malva no sólo es un laxante suave sino también un anticongestionante grande y anti-inflamatorio natural. Se puede usar para tratar la inflamación de las encías, irritación de la conjuntivitis, la piel o quemaduras.
El orégano
Tiene un perfume único. Las pequeñas hojas de orégano no sólo son buenos en el sabor de la pizza sino también como antibacteriano y antibiótico. Dado con moderación, ayuda a tus hijos a combatir los resfrios y dolores de garganta haciendo gárgaras con una infusión simple y fresca.
Lavanda
El color es inconfundible, la lavanda relaja y alivia la ansiedad de los niños y grandes. Lo recojemos con los niños, después ponemos en un mortero, una cucharadita de lavanda y tres de sal, lo pisamos bien, y llenamos bolsas de tela de color que se cierran herméticamente con una cuerda. Podemos poner una bolsita al lado de la cama para alentar a los dulces sueños, o en los armadios y cajones para perfumar la ropa.
Después de haber descubierto con los niños las diferentes hierbas aromáticas y sus funciones, se puede jugar al juego de la "caza al tesoro aromático". Hacer olfatear a sus hijos, con los ojos cerrados, una hierba aromática o llevarlos a tocar la hoja de una planta que ha examinado antes, será divertido ver quién llega a saber primero de qué hierba se trata e ir en busca de la misma al jardín o al patio.
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