Los cuidados de la cabeza del bebé

En el momento del nacimiento de tu hijo es importante que mires con detenimiento su cabeza , oídos, ojos y rostro, observa que no presente anomalías preocupantes. Sobre todo hazlo durante las primeras semanas de vida: ten en cuenta que el correcto desarrollo del bebé puede depender de los cuidados que tengas en esta zona del cuerpo.

En el cráneo, todos los niños al nacer tienen unos puntos blandos conocidos como fontanelas que permiten que su cabeza se desarrolle a un ritmo adecuado. Estas fontanelas se presentan en la parte anterior como posterior de la cabeza y en los laterales. Estos se van cerrando gradualmente hasta convertirse en áreas óseas sólidas.

En estas partes de la cabeza, que están abiertas al momento del nacimiento, si colocamos los dedos sentiremos los latidos del corazón del bebé, esto es normal y no debemos preocuparnos. Para estar seguros de que todo está bien las fontanelas tienen que sentirse firmes y ligeramente cóncavas al tacto, puede ser que no quede cóncava en el momento en que el bebé vomita o llora pero enseguida tiene que volver a la normalidad.

Es común observar en los bebés las “costras lácteas” que no quedan muy estéticas a la vista, pero en la realidad es normal. Son unas escamas gruesas de color amarillo que se eliminan con un champú específico o puede resultar una limpieza con algodón empapado con aceite de oliva virgen porque este acelera la descamación.

La cabeza del bebé junto con la costra láctea segrega un aceite natural que tiene un olor agradable que es muy útil para ayudar a crear el vínculo afectivo entre madre e hijo. También es común observar acné neonatal en las primeras dos semanas de vida del bebé debidas a cambios hormonales que presentan al tener contacto con el mundo externo.