Trato de volver mis pisadas en ese caminito que me lleva a la infancia. Recuerdo cuando jugar con las muñecas se prolongaba hasta los trece años, ¡si lo sabrán Petula, una muñeca rubia, que traía un disquito que decía siempre las mismas frases y las Titinas, unas bebitas chiquitas, que se disfrutaban en varios modelos para coleccionar!
Lo positivo de ser niños en el 2013

Recuerdo cuando a lo sumo la programación infantil televisiva ocupaba sólo dos horas diarias, dos por la mañana y dos por la tarde. Recuerdo la rayuela, la mancha y la batalla naval, que improvisábamos en hojas de cuaderno cuadriculadas. Y los recuerdos no hacen más que llenarme de felicidad.
Pero la teconología desembarcó, hace ya unos cuantos años de esto, y a los niños se les abre una maravilloso mundo repleto de posibilidades de exploración, siempre y cuando los padres actuemos con responsable cuidado. Hoy vamos a ver algunas razones de lo positivo de ser niños en el 2013.
El maravilloso mundo de los videojuegos
Como todo tipo de tecnología, el maravilloso mundo de los videojuegos debe ser supervisado por la mirada de los padres. ¡Pero qué fantástico es evitar una lluvia de meteoritos y salir intacto! ¡Qué maravilloso recrear una batalla vikinga! Por eso no es raro escuchar de boca de los niños la frase, "¿Cuándo me toca, papá?"
IIimitada información al alcance de las manos
Siempre recomendamos en la necesidad de que los padres estén atentos de los momentos en que sus hijos se encuentren en línea. Pero debemos aceptar que Internet les brinda a los niños la posibilidad de exploración en la búsqueda de conocimientos con sólo pulsar un botón. Bien usada, el aporte de Internet es invalorable.
El bien ponderado celular
Aunque a veces pareciera que nuestros adolescentes viven enloquecidos "mensajeando" a dos manos, ¡bendito tú eres celular, entre todos los inventos de la vida moderna! Porque abrevia la angustia de la espera cuando nuestros hijos se retrasan cinco minutos, porque les permite a nuestros hijos recordarnos cosas pendientes, e incluso, recibir un "te quiero, mamá", que nos sorprende en una ajetreada mañana laboral.
La salvadora inteligencia emocional
Porque nuestros hijos pueden disfrutar de padres sensibles y cercanos, sin miedo de mostrar sensibilidad, reflejada en un abrazo y en un beso, dados sin vergüenza. La "nueva paternidad" parece haber llegado para quedarse y los hombres la defienden a capa y espada, bueno, una mayoría interesante en honor a la verdad.
No creo que "todo tiempo pasado haya sido mejor"; creo en la maravillosa posibilidad del libre albeldrío; creo en padres que orientan y que guían; creo en padres cercanos, que imponen respeto, pero no miedo.
Y creo en los niños, creo en mis hijas. Creo en mi hija Micaela, afianzada en la tenacidad y la responsabilidad de sus trece años. Creo en mi hija Micol, afianzada en la alegría y las ganas de vivir de sus nueve años. Creo en los niños. Los niños de ayer. Los niños de hoy. Los niños de siempre.
¿Te animás a compartir algún recuerdo de tu infancia?









