Las pedagogías alternativas son las que más llaman la atención de los padres, como la muy conocida pedagogía Montessori, donde los niños tienen libertad para explorar el entorno bajo la guía y la supervisión (pero no intromisión) del adulto.
¿Fuiste una niña con padres estrictos? Entenderás estas 9 vivencias

Esto antes no era así. Es muy probable que recuerdes muchos momentos en los que tuviste vergüenza, deseaste con todas tus fuerzas cambiar a tus padres, lloraste de rabia y bronca... ¿verdad?
Hay cosas que no se olvidan, como estas 9 vivencias comunes en los hijos de padres estrictos.
#1 Eras la mejor mintiendo y escondiendo cosas

Con padres muy estrictos no te quedaba otra que mentir… incluso por cosas sin mucha importancia. El miedo a la reacción de tus padres era suficiente para ocultar la verdad en más de una ocasión.
#2 Llevar amigos (varones) a casa era muy difícil

Solo preguntar si unos compañeros podían ir a casa a estudiar despertaba las preguntas desconfiadas de tu madre: ¿Y quién es él? ¿Dónde vive? ¿Cuántos años tiene?
#3 A veces envidiabas a tus amigas

Cuando tus padres te negaban ir a una fiesta de pijamas, a bailar, o al cine con los chicos de la escuela, sentías un poquito de envidia por tus amigas a quienes sus padres les daban permiso para salir.
#4 Detestabas recibir "la llamada" en casa de tu amiga

Sabías que si tenías que estar en casa de tu amiga haciendo un trabajo, tus padres llamarían para comprobar que estabas e irían a recogerte 15 minutos antes de lo acordado.
#5 No participabas en las conversaciones sobre programas de televisión
Tus amigos se sabían cada detalle del último episodio de un programa, pero tú tenías prohibido verlo porque tus padres creían que el contenido era impropio para tu edad.
#6 Sacar menos de un notable en un examen era el terror

Envidiabas a esos compañeros cuyos padres estaban felices con una suficiente. Tú sabías que estarías castigada todo el fin de semana estudiando.
#7 No sabías lo que ocurría en la familia

Tus amigas te contaban todos los chismes de sus casas, pero en tu casa esa información parecía codificada. ¡Siempre eras la última en enterarte de todo!, y muchas veces tenías que preguntar.
#8 Alguna vez les dijiste a tus padres que los odiabas

No los odiabas, pero no podías entender por qué te lo hacían pasar tan mal “por tu bien”. ¡Ni siquiera te daban explicaciones!
#9 Te sorprendía conocer a otros padres que no eran autoritarios

Cuando empezaste a notar que los padres no son todos iguales y que existen otras formas de crianza, fue cuando comenzaste a rebelarte y a inventarte cosas para pasar tiempo con tus amigos.
¿Te suena familiar todo esto? Tal vez ahora te cause gracia algunas cosas o no. Ten presente que tus padres probablemente se comportaban así pensando que era lo mejor para ti, aunque ahora seguramente saben que no lo era.







